Amazonía | Las graves consecuencias ambientales que dejará el fuego.

La Amazonía, el bosque tropical más grande del mundo, es devorada por el fuego. Más de 40 mil focos de incendio se registran en este momento, principalmente en Brasil.

Esta catástrofe, provocada según los expertos por la deforestación y la temporada seca, afecta a 5,5 millones de kilómetros cuadrados que albergan una cuarta parte de las especies de la Tierra, es decir, 30.000 tipos de plantas, 2.500 especies de peces, 1.500 de aves, 500 de mamíferos, 550 de reptiles y 2,5 millones de insectos, según la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).

Las consecuencias serán graves para la flora, fauna y las poblaciones que viven en la zona y tendrá que pasar muchos años para que se recupere la biodiversidad.

“De entrada se pierde diversidad biológica y la función de la selva, la de abastecer a la atmósfera de nubes para producir lluvia. Pero además la humareda sobre las ciudades de la Amazonía deja graves consecuencias para la salud, con graves problemas respiratorios. Y eso se traduce en daños económicos”, explicó a la agencia AFP Paulo Moutinho, investigador del IPAM, una organismo de investigación amazónico.

Si bien los incendio forestales en la Amazonía ocurren todos los años, en 2019 el número de focos de fuego es un 83 % superior al del mismo período de 2018, según los datos divulgados por el estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), que contabiliza los incendios con la ayuda de imágenes de satélite.

Moutinho señala que en el lugar “las llamas recorren el suelo de la selva y su acción es suficiente para causar la muerte de árboles muy grandes, hasta dos años después del incendio”.

El daño en los árboles, que perderán sus hojas, hará que “haya más sol entrando en la selva, lo que provoca que esa vegetación se vuelva más inflamable”.

“Si no hay nuevos incendios, se tarda varias décadas en recuperar la misma densidad. En algunas regiones, las zonas quemadas son invadidas por otras especies de zonas más áridas, como del cerrado [la sabana brasileña, el segundo mayor bioma de Brasil]”, asegura. 

El Gobierno brasileño atribuye los incendios a una sequía fuera de lo común en estas regiones amazónicas e incluso su presidente, Jair Bolsonaro, ha llegado a culpar de esta catástrofe a las ONG, sin especificar alguna.

Sin embargo, las organizaciones sociales consideran que los incendios han sido provocados deliberadamente para luego aprovechar esas tierras para minería o agricultura extensiva, altamente promovidas por el ultraderechista Bolsonaro.

Esas políticas han provocado que se congelen parcialmente los fondos para conservar la Amazonía que anualmente destinan Alemania y Noruega, los dos países que por ahora más apoyan la protección del gran pulmón verde del planeta.

Además de ser el principal ecosistema para mitigar el calentamiento global, la Amazonía es la cuenca hídrica más grande del mundo, una de las zonas de mayor biodiversidad del mundo y el hogar de miles de comunidades indígenas que habitan en las riberas de sus ríos.

Menor absorción de CO2.

Hay que tener en cuenta que aproximadamente el 10% de la reserva global de dióxido de carbono (CO2) está almacenado en la vegetación y en el suelo de la Amazonía. Parece poco, pero esa cifra contribuye significativamente a la desaceleración del actual cambio climático, asociado a este y otros gases de efecto invernadero. Cabe preguntarse entonces, ¿por cuánto tiempo más la selva amazónica seguirá siendo un sumidero de carbono efectivo?

Esta pregunta se planteó un grupo de científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley del Departamento de Energía de EE.UU. Descubrieron que el empobrecimiento de fósforo –nutriente vital para la fotosíntesis de las plantas– en el suelo amazónico reduce en promedio el 50% de la absorción proyectada de CO2, en comparación con las estimaciones actuales, basadas en modelos climáticos anteriores.

Para tener en cuenta.

  1. La Amazonía almacena 20% del oxígeno del mundo y tiene un millón de kilómetros cuadrados de ecosistemas de agua dulce y contiene la décima parte de las especies de todo el planeta.
  2. Sin bosques tropicales, como el amazónico, el efecto invernadero sería, probablemente, mucho mayor, lo que haría que el cambio climático empeore.
  3. La Amazonía contiene entre 90 y 140 mil millones de toneladas métricas de carbono, según el WWF.

Fuente: Agencias.

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