Un estudio publicado en Current Biology por científicos de la Universidad de Tel Aviv acredita que las hembras de esta especie que viven en cautiverio toman alimentos de forma continua directamente de la boca de sus compañeros machos. A cambio, estos murciélagos egipcios machos son recompensados por su generosidad con el sexo.
“Encontramos una fuerte relación entre las interacciones de la alimentación productor-scrounger y la reproducción”, dice la autora principal, Prof. Yossi Yovel, de la Facultad de Ciencias de la Vida George S. Wise de TAU. “Es decir, las hembras aburren crías de los machos de los que la mayoría de las veces escogen la comida. De tres a cuatro meses antes de aparearse, las hembras comienzan a fechar la comida de varios machos. Luego se aparean con uno de los machos, con el cual forjaron el vínculo más fuerte.
“Al principio, nos preguntábamos: ¿por qué los productores de alimentos permiten que los scroungers se los lleven de la boca? ¿Quizá sean más fuertes? Pero descubrimos que la mayoría de los scroungers son mujeres, por lo que consideramos la posibilidad de que las hembras cambien de apareamiento por comida. Esta fue nuestra hipótesis y, de hecho, encontramos que este es el caso”.
Hay una variedad de razones potenciales por las cuales los animales podrían estar dispuestos a compartir alimentos. En algunos casos, la comida se comparte con los familiares. En otros, el costo de defender los recursos alimenticios puede ser demasiado alto. Pero también es posible que compartir alimentos a veces tenga otros beneficios demorados, incluido el sexo.
El equipo de la profesora Yovel descubrió anteriormente, después de observar tres colonias de murciélagos cautivos en el transcurso de un año, que los individuos recolectaban comida para ellos mismos o la escudriñaban de otras personas. Eso planteaba la pregunta: ¿Por qué los hombres permiten que otros individuos y principalmente mujeres se saquen literalmente la comida de la boca?
Las observaciones del profesor Yovel revelaron que esas interacciones de forrajeo comienzan muchas semanas antes de que comience el apareamiento. Con el tiempo, las hembras intensifican las interacciones con machos específicos antes de aparearse con uno de ellos.
Para explorar la hipótesis de alimentos por sexo en el nuevo estudio, los investigadores monitorearon las interacciones productor-scrounger de una colonia de murciélagos egipcios cautivos durante más de un año. Más tarde determinaron la paternidad de las crías que nacieron en la colonia en base a la genética.
“Los resultados fueron bastante claros. Las hembras dieron a luz a crías de machos de los que habían preparado alimentos”, explica el profesor Yovel. “Los hallazgos apoyan la hipótesis de alimentos por sexo en esta especie”.
Hubo algunos otros hallazgos intrigantes. Por ejemplo, los investigadores encontraron que casi no había superposición entre los hombres preferidos por cada mujer. Sugiere que las hembras eligen a los machos para huir basándose en alguna forma de preferencia individual. Esas preferencias personales también cambiaron de año en año.
“En el futuro, tenemos la intención de explorar cómo estas relaciones evolucionan y cambian a lo largo de muchos años”, concluye el Prof. Yovel. “También nos gustaría descubrir cómo se desarrollan estas interacciones observadas en cautiverio en poblaciones silvestres”.
Referencia: Current Biology.