Bruselas plantará un árbol, por cada que nazca un bebé.

El nacimiento de un ser humano y su supervivencia está vinculado al equilibrio de la naturaleza. Por eso, en Bruselas, capital de Bélgica, desde el año pasado se estipuló que, por cada bebé nacido en la ciudad, se plantará un árbol.

La medida estipula que desde el año que entra, por cada bebé registrado en el municipio, cada familia o madre recibirá una tarjeta que apunta en qué lugar del mundo será plantado un árbol a nombre del nuevo habitante de la Tierra.

Bruselas registra alrededor de 3.000 nacimientos por año, y de mantenerse tal cifra, para el 2020 habrán 3000 nuevos árboles en la ciudad belga.

A partir de 2020 cuando se registre un nacimiento la familia del bebé recibirá la confirmación de que se plantará un árbol con el nombre del niño o niña en un país del sur global. De esta forma, la acción adquiere una dimensión simbólica pero también práctica, pues el objetivo del plan climático abarca “planificar esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptar el territorio al cambio climático”.

El proyecto comenzará por la ciudad de Bruselas para luego extenderse por todo el país y el objetivo de la propuesta es reducir a gran escala los gases contaminantes y los efectos del cambio climático. Se estima que en la ciudad de Bruselas contribuirá a reducir sus emisiones de Co2 en un 30% para el 2025.

Gracias a cada árbol plantado podrían reducirse hasta 13 toneladas de dióxido de carbono por año. Además de la reducción de la huella ecológica también se contribuiría a la reforestación.

“Queremos dejar en claro que el problema del clima va más allá de las fronteras” afirma Benoit Hellings, funcionario encargado del Clima en la ciudad de Bruselas.

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