Desde hace años sabemos que es posible heredar algunos cambios en la expresión génica que adquieren los progenitores durante su vida. A esto se le conoce como herencia epigenética. Mientras que el genoma es el conjunto de moléculas de ADN y la disposición de los mismos en las células de nuestro cuerpo, el epigenoma consta de compuestos químicos y proteínas que “etiquetan” el genoma, modificando su expresión sin alterar la estructura del ADN.
Los aproximadamente 25.000 genes que tienen los seres humanos –contenidos en sus 46 cromosomas– son las unidades de la herencia y determinan –a través de la producción de proteínas– todas las funciones celulares. En otras palabras, somos humanos, porque nuestros genes así lo determinan. Sin embargo, ¿puede el medio ambiente modificar la función de los genes, y –de hacerlo– esos cambios serían pasados de generación en generación?
Varios, recientes y controversiales estudios responden afirmativamente a ambas preguntas. El medio ambiente no solo modifica la función de los genes, sino que esos cambios –incluyendo experiencias humanas– pueden causar alteraciones genéticas que futuras generaciones podrían heredar. Ese es el revolucionario concepto de la epigenética.
Una de las últimas investigaciones que se ha relacionado con el epigenoma se ha centrado en el estudio de la heredabilidad del trauma paterno. En la investigación, publicada en la revista PNAS, investigadoras de la Universidad de California en Los Ángeles, se ha observado cierta relación entre la condición paterna de prisionero de guerra y la edad a la que falleció su descendencia.
Durante la Guerra Civil de los EE. UU., Hubo períodos en que los prisioneros fueron intercambiados con frecuencia entre bandos, y períodos en los que se interrumpieron dichos intercambios. Durante los períodos en que se interrumpieron los intercambios, la población carcelaria aumentó y los prisioneros sufrieron como resultado.
No solo fueron tratados con mayor severidad, sino que también se les dio muy poco para comer. En este nuevo esfuerzo, los investigadores compararon las tasas de supervivencia de los niños nacidos de soldados de la Guerra Civil de la Unión detenidos en el sur durante la guerra.
Los investigadores pudieron obtener datos sobre aproximadamente 700 prisioneros de guerra de la Unión y 2.500 de sus hijos. Para fines de comparación, utilizaron datos de 5,000 soldados de la Unión que no son prisioneros de guerra y 15,000 de sus hijos.
Los investigadores encontraron que la longevidad de los hijos nacidos de soldados que sufrieron condiciones más severas como prisioneros de guerra durante la guerra fue más corta que la de los hijos de padres que no eran prisioneros de guerra o que formaban parte de programas de intercambio. Para las hijas, no hubo diferencia medible.
Más específicamente, a los 45 años, se descubrió que los hijos de prisioneros de guerra que experimentaron condiciones difíciles tenían un 11 por ciento más de probabilidades de morir que los hijos de no prisioneros de guerra.
Los investigadores encontraron que el principal factor responsable del aumento de la tasa de mortalidad fue la hemorragia cerebral y, en menor medida, varios tipos de cáncer. También pudieron eliminar otros factores como posibles causas de la reducción de las tasas de supervivencia.
Concluyen que el trauma experimentado por los padres fue un ejemplo de efectos epigenéticos específicos de género. Para reforzar su evaluación, citan un estudio sueco que encontró efectos epigenéticos específicos de género en hijos de hombres que habían sufrido una grave escasez de alimentos durante un período de tiempo antes de concebir a sus hijos.
Por un lado, es difícil afirmar al 100% que la herencia sea epigenética sin estudiar los mecanismos moleculares que dan lugar a esta herencia epigenética. Por el otro, en el segundo estudio, la muestra poblacional reducida representa un problema en la fiabilidad de sus conclusiones, por lo que sería necesaria una repetición del estudio en una muestra de mayor tamaño.
Mayor información en: Dora Costa, Noelle Yetter et al. «Intergenerational transmission of paternal trauma among US Civil War ex-POWs». PNAS, published October 15, 2018.
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