Al inicio de las lluvias el olor a “tierra mojada” es típico de los actinomicetos, microorganismos que, por su morfología, a simple vista en medios de cultivo, suelen ser confundidos con hongos, dado que comparten características típicas de este grupo; sin embargo, los actinomicetos son bacterias.
Los actinomicetos son cosmopolitas, están distribuidos en los ecosistemas naturales en todo el mundo y juegan un papel importante en el reciclaje de la materia orgánica, dicho grupo microbiano ha recibido considerable atención de las industrias farmacéutica y alimentaria, en la biorremediación y últimamente en la agricultura, debido a que son fuente importante de sustancias con actividad biológica de gran utilidad para el hombre.
Los actinomicetos han jugado un papel importante en el desarrollo de la biotecnología, con impactos positivos en distintos ámbitos; desde la medicina, la industria y hasta la agricultura. En este trabajo se hace una revisión del papel de los actinomicetos en la agricultura y en la medicina. Uno de los retos de la ciencia y la tecnología es y ha sido producir alimentos y cada vez con menos empleo de compuestos químicos potencialmente contaminantes como los pesticidas.
Una alternativa es el empleo de la biotecnología, y particularmente de los actinomicetos. También en medicina y veterinaria se requiere de nuevos antibióticos activos contra microorganismos patógenos resistentes. Los grupos microbianos más prolíficos, en cuanto a la producción de antibióticos, han sido los actinomicetos y hongos filamentosos; sin embargo, históricamente, los actinomicetos han producido la mayoría de los antibióticos existentes.
Características de los actinomicetos.
Los rasgos morfológicos que presentan las bacterias unicelulares y los hongos filamentosos han permitido diferenciarlos y separarlos claramente en dos grandes grupos. Sin embargo, un “grupo de transición”, los actinomicetos, puede ser considerado como la excepción a la regla. Los rasgos distintivos por los cuales durante algún tiempo se les consideró como miembros del grupo de los hongos filamentosos fueron.
- La similitud en su forma de crecer y desarrollarse.
- Formación de un filamento denominado hifas con extensas ramificaciones (micelio).
- Muchos de ellos forman micelio aéreo y esporas.
- Su crecimiento en cultivo líquido raramente presenta la turbidez asociada con las bacterias unicelulares, sino que durante el crecimiento se forman filamentos, grumos o esferas de micelio.
No obstante, lo anterior, los filamentos de los actinomicetos son mucho más delgados que aquellos formados por los hongos. Cabe mencionar que no todos los actinomicetos comparten estas características, por ejemplo, algunos géneros como Mycobacterium y Corynebacterium no producen micelio aéreo.
La forma y ornamentación de las esporas es diversa, así como la manera en que se agrupan, siendo este criterio empleado para subdividir e identificar algunos grupos de actinomicetos. Un aspecto relaciona-do con el desarrollo de las esporas es la producción y excreción de metabolitos secundarios bioactivos que pueden ser de varios colores y que se observan como pequeñas secreciones en forma de gotitas sobre la colonia microbiana. Del filo Actinobacteria, los actinomicetos son el grupo con más especies descritas, además de ser un grupo de importancia para el hombre debido a las aplicaciones biotecnológicas que representa.
Históricamente los actinomicetos han sido descritos como microorganismos que habitan en el suelo, pero actualmente se conoce que están ampliamente distribuidos en ambientes acuáticos como océanos, ríos y lagos, donde también se encuentran asociados a los sedimentos, sobre todo en el material orgánico que está en proceso de descomposición.
En el suelo, el tamaño y número de la comunidad de actinomicetos depende de diversos factores, principalmente de las características físicas y químicas como pueden ser la textura, humedad, pH y contenido de materia orgánica. Cuando se aíslan actinomicetos del suelo median-te medios de cultivo sólidos, el género predominante suele ser Streptomyces, con el 70 al 90% de las colonias, seguido por Nocardia con 10 a 30%, y el tercero puede ser Micromonospora que constituye del 1 al 15% de actinomicetos.
Con relación a sus hábitos de vida se puede mencionar que estos microorganismos son generalmente saprófitos y participan activamente en la mineralización de la materia orgánica. Aunque se conocen pocas especies patógenas, existen algunas que afectan plantas, animales y humanos. Por ejemplo, Streptomyces scabies, que causa la roña de la papa (Alexander, 1980). Diversas especies del género Streptomyces son comercialmente muy atractivas porque producen una amplia gama de productos naturales con actividad biológica.
Muchos de los antibióticos empleados en la actualidad provienen de los actinomicetos; el término “antibiótico” fue acuñado por el microbiólogo del suelo Selman Waksman (1888-1973) quien trabajando con una cepa de Streptomyces griseus descubrió la estreptomicina, con actividad antimicrobiana contra el bacilo de Koch, causante de la tuberculosis. Esto le valió a Waksman el Premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1952. Actualmente la estreptomicina también es empleada para combatir bacterias que afectan diversos cultivos de importancia agrícola, por ejemplo, para tratar el tizón del fuego en el manzano, causado por la bacteria Erwinia amylovora (Manulis y cols., 1998).
Bibliografía: Quiñones-Aguilar E. E. et al. Los actinomicetos y su aplicación biotecnológica. Elementos 101 (2016) 59-64.