Hay algunas cosas extrañas allí abajo, en las profundidades del océano, donde las presiones aplastantes y la poca luz hacen algunas adaptaciones extrañas. No es fácil para los humanos llegar allí, pero los submarinos a control remoto nos han estado revelando, en los últimos años, las extrañas maravillas en el fondo del mar.
Los científicos han logrado captar con una cámara por primera vez al extraño calamar marino Asperoteuthis mangoldae en su hábitat natural. Hasta ahora solo se había observado esta especie en especímenes muertos.
La criatura fue encontrada el 5 de julio a una profundidad de 930 metros en el monte submarino Jarvis, en el océano Pacífico, donde está oscuro incluso al mediodía, gracias a un vehículo submarino Hércules operado de forma remota por investigadores de la nave Nautilus.
A primera vista, según ha comentado el zoólogo estadounidense de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica Michael Vecchione en la web de Nautilus, el ejemplar detectado parecía ser un calamar que llevaba algo pegado a su cuerpo. Pero luego la cámara hizo ‘zoom’ y los científicos vieron que, aparentemente asustado por el Hércules, el calamar había sacado una impresionante cola.
Posteriormente, el calamar fue identificado como un Asperoteuthis mangoldae, especie que hasta ahora solo se conocía gracias a 20 ejemplares muertos. Solo fue descrita y bautizada formalmente en 2007.
Se desconoce el propósito de la cola, pero los biólogos creen que podría ser cambiar la apariencia física del calamar para que se parezca a otra criatura marina, con el fin de parecer más amenazante, como un sifonóforo, con sus picaduras desagradables. Por qué necesitaría camuflaje físico en las profundidades oscuras de la mesopelágica es otro misterio.
Una pregunta que se nos plantea al ver esta extraña criatura es cómo el calamar puede nadar con un apéndice tan grande.
“El calamar nada rápidamente hacia adelante (los brazos primero), colapsando el tejido de la cola alrededor de una estructura similar a una vara. Luego invierte el rumbo y nada rápidamente hacia atrás (la cola primero, típico en un calmar que nada a gran velocidad). Mientras nada hacia atrás, el tejido permanece firmemente sujeto cerca de esta especie de vara, que se asemeja a una vela enrollada en el brazo de una goleta”, explica Vecchione.
Mayor información en: Nautilus Live.
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