El concepto de los cinco sentidos es ampliamente conocido y aceptado en la cultura popular: vista, oído, olfato, gusto y tacto.
Sin embargo, el cuerpo humano es más complejo de lo que aparenta, y los científicos han descubierto que, en realidad, contamos con más sentidos de los que tradicionalmente se creía.
En este artículo, exploraremos cuántos sentidos tiene el cuerpo humano y cómo estos nos permiten percibir el mundo que nos rodea.
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Vista, oído, olfato, gusto y tacto: los cinco sentidos clásicos
La vista nos permite percibir el entorno mediante la luz que se refleja en los objetos y llega a nuestros ojos, donde se procesa y se envía información al cerebro (Kolb & Whishaw, 2015).
El oído capta las ondas sonoras y las convierte en señales eléctricas que el cerebro interpreta como sonido (Moore, 2012).
El olfato nos permite detectar sustancias químicas en el aire, lo que nos ayuda a identificar olores y sabores (Buck, 2004).
El gusto es la percepción de los sabores de los alimentos y otras sustancias a través de las papilas gustativas en nuestra lengua (Chandrashekar et al., 2006).
Finalmente, el tacto nos permite sentir la presión, la temperatura y la textura de los objetos (Johnson, 2001).
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Propiocepción: el sentido de la posición y el movimiento del cuerpo
La propiocepción es la capacidad de percibir la posición y el movimiento de nuestro cuerpo en el espacio sin necesidad de verlo (Proske & Gandevia, 2012).
Este sentido es fundamental para el equilibrio y la coordinación de nuestros movimientos. Se encuentra en los músculos, tendones y articulaciones, y se transmite al cerebro a través del sistema nervioso (Ghez et al., 1995).
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Interocepción: la percepción interna de nuestro cuerpo
La interocepción es la percepción de las sensaciones internas de nuestro cuerpo, como el hambre, la sed, la fatiga y la respiración (Craig, 2002).
Este sentido nos permite regular nuestras funciones vitales y mantener un equilibrio interno. Los receptores interoceptivos se encuentran en nuestros órganos internos y transmiten información al cerebro a través del sistema nervioso (Cameron, 2001).
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Nocicepción: el sentido del dolor
La nocicepción es la percepción del dolor, y nos permite detectar y responder a estímulos nocivos o dañinos (Woolf & Ma, 2007).
Los nociceptores son células nerviosas especializadas que se encuentran en la piel, los músculos, las articulaciones y los órganos internos, y envían señales al cerebro cuando detectan daño o peligro potencial (Basbaum et al., 2009).
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Equilibrioceptores: el sentido del equilibrio
El sentido del equilibrio nos permite mantener nuestra postura y orientación en el espacio. Los equilibrioceptores se encuentran en el oído interno y transmiten información al cerebro sobre la posición de nuestra cabeza y los movimientos del cuerpo (Kingma & van de Berg, 2016).
Este sentido es crucial para realizar actividades cotidianas como caminar, correr y saltar sin perder el equilibrio.
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Termocepción: el sentido de la temperatura
La termocepción es la percepción de la temperatura, tanto interna como externa. Los termorreceptores se encuentran en la piel y en diferentes órganos internos y detectan cambios en la temperatura para ayudarnos a mantener una temperatura corporal adecuada (Schepers & Ringkamp, 2010). También nos permiten experimentar la sensación de frío o calor en función de nuestro entorno.
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Conclusión
¿Cuántos sentidos tiene el cuerpo humano? En resumen, el cuerpo humano tiene más sentidos de los que tradicionalmente se consideraban. Además de los cinco sentidos clásicos, contamos con la propiocepción, la interocepción, la nocicepción, el equilibrio y la termocepción.
Estos sentidos nos permiten percibir y adaptarnos a nuestro entorno y mantener nuestras funciones vitales. La investigación científica continúa descubriendo más acerca de cómo funcionan estos sentidos y cómo se interrelacionan en nuestro organismo.
Referencias