Habría sido sorprendente sorprender a una hembra de delfín en pleno clímax del placer sexual, con contracciones y espasmos en el cuerpo o con esa ola de calor que se expande por todo el cuerpo. Ni si quiera se sabe si aumenta su frecuencia cardíaca o si su sensación de orgasmo es similar a la del ser humano, pero no por ello deja de ser asombroso lo que acaba de desvelar un trabajo de Dara Orbach y Patricia Brenna, investigadores de Mount Holyoke College, en South Hadley (Massachusetts). Por la forma y función del clítoris de estos animales, podrían experimentar placer sexual.
Los delfines copulan todo el año a pesar de los cortos periodos de estro. La cópula puede ser placentera para las delfines hembras mediante la estimulación del clítoris, ya que tienen clítoris grandes y bien desarrollados.
Aunque los mamíferos hembras poseen un clítoris homólogo al pene, la estructura general y la morfología funcional solo se han descrito en algunas especies. Exploramos la morfología general y la microanatomía del clítoris del delfín mular común (Tursiops truncatus) en diferentes etapas de desarrollo para evaluar el potencial de expansión del tejido eréctil durante la copulación.
Los clítoris extirpados se recolectaron de manera oportunista de once delfines post mortem, incluidos adultos, subadultos y terneros. Las muestras se subdividieron para su uso en: 1) disecciones de morfología macroscópicas, 2) tomografías microcomputadas, o 3) histología y tinción de parafina (tricrómico y hematoxilina y eosina de Mason modificados).
El tejido eréctil estuvo presente constantemente a lo largo del cuerpo del clítoris que se extendía desde la punta de la capucha hasta la base. El tejido eréctil tenía una forma bifurcada y volúmenes relativos similares en las muestras de ternera y subadultas. El tejido eréctil estaba rodeado por una gruesa capa de músculo liso a lo largo de los lados laterales de las puntas, el cuerpo del clítoris y la capucha, pero no de forma craneal o caudal.
El tejido muscular estaba rodeado de tejido conectivo. Había una bombilla dura con una cápsula alrededor de la raíz del clítoris propiamente dicha que estaba compuesta por tejido conectivo denso. Parecía ser de naturaleza más estructural que eréctil o secretora. Lo datos proporcionan una línea de base para comparaciones con otras especies que se sabe que tienen sexo por placer (por ejemplo, los humanos).
La forma consistente y los volúmenes relativos de tejidos eréctiles entre terneros y subadultos sugieren que hay pocos cambios en el desarrollo, excepto los aumentos de tamaño alométricos. Las investigaciones futuras que comparan la densidad del tejido conectivo en cetáceos y otros mamíferos marinos y terrestres pueden proporcionar información si el tejido inesperadamente denso del delfín clítoris es una adaptación impulsada por la selección natural o la selección sexual.