Los microbios a menudo generan compuestos nocivos para atacarse unos a otros dentro de los espacios reducidos del intestino humano.
Algunas bacterias intestinales tienen un superpoder espeluznante: pueden reanimar virus latentes que acechan dentro de otros microbios.
Ciertas bacterias como el Escherichia coli, que viven en los intestinos humanos, producen una sustancia química llamada colibactina.
Ese químico despierta virus latentes dentro de otras bacterias cercanas, lo que a veces conduce a su destrucción, según un informe científicos publicado en Nature.
Las bacterias productoras de colibactina deben acercarse sigilosamente a sus enemigos bacterianos y activar la granada que se esconde en el ADN de sus enemigos.
Esas granadas son profagos: virus que infectan bacterias que se han insertado en el ADN de sus anfitriones, donde se esconden inofensivos e inactivos hasta que algo desencadena su despertar.
La causa de su despertar es la colibactina, los científicos dicen que es una estrategia interesante y peligrosa de guerra biológica entre bacterias, que no se ha descrito antes.
La colibactina ingresa a las bacterias y daña el ADN, ese daño hace sonar una campana de alerta celular que despierta a los virus profagos para matar a su anfitrión.
Una vez que los fagos se despiertan, se replican y salen de la célula destruyéndola, luego buscan nuevos anfitriones para seguir reproduciéndose.
Los humanos también podrían quedar atrapados en el fuego cruzado. Los investigadores ya sabían que la colibactina puede dañar el ADN humano y provocar cáncer de colon.
Durante los últimos 10 años, los científicos reconstruyeron la estructura de la colibactina y determinaron que daña el ADN al formar conexiones errantes dentro de la doble hélice.
La nueva investigación sugiere que E. coli puede no estar produciendo colibactina para atacar a sus huéspedes humanos, sino contra otros microbios.
Entre las bacterias, la colibactina no suele ser un arma letal. En la mayoría de las bacterias examinadas por los científicos, la colibactina causó daños en el ADN, pero las bacterias pudieron reparar las heridas.
Eso puede deberse a que la colibactina es una sustancia química inestable que se degrada rápido antes de que pueda romper suficiente ADN para causar un daño irreparable.
Los científicos encontraron que algunas bacterias también producen otras sustancias químicas que desactivan la colibactina antes de que pueda dañar el ADN.
Si embargo, aún no saben si la colibactina puede desencadenar profagos cuando las bacterias se encuentran en sus hábitats naturales, como los intestinos humanos y de otros animales.
Mayor información: Justin E. Silpe, Joel WH Wong, Siân V. Owen, et al. «The bacterial toxin colibactin triggers prophage induction». Nature. Published: 23 February 2022.