¿Por qué nos gusta comer picante?

El ingrediente activo en el chile es la capsaicina (pronunciado kap-say-sin). La capsaicina irrita los ojos, los pulmones y la piel, por lo que necesita gafas protectoras, respiradores y trajes HAZMAT cuando se trata de cosas puras.

La capsaicina es un repelente de animales que también se usa contra insectos y ácaros. La capsaicina se registró por primera vez para su uso en los Estados Unidos en 1962. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (US EPA) considera que es un pesticida bioquímico porque es una sustancia natural.

También es potencialmente letal. Las concentraciones de 118.8mg/kg son letales para el 50% de los ratones (también conocida como la dosis LD50). Y, sin embargo, la capacidad de comer chiles muy picantes a menudo se considera una insignia de honor.

El calor del chile se mide usando unidades de calor Scoville (SHU), que es una medida inexacta de la concentración de capsaicinoides.

Cuando llegan a la lengua, los capsaicinoides interactúan con un tipo especial de proteína ubicada en la superficie de las células nerviosas. Esta proteína, llamada TRPV1, actúa como un sensor para la célula y le proporciona información sobre el mundo exterior. 

Normalmente, el TRPV1 se enciende por calor físico, como un fuego, por encima de 109˚F (43˚C). Esta señal encenderá la célula nerviosa para permitirle activar otras células nerviosas que llevarán el mensaje al cerebro de que tiene que responder a esta temperatura peligrosa (piense en ella como las neuronas que juegan al teléfono). 

Cuando los capsaicinoides interactúan con TRPV1, también activan la proteína y hacen que se transmita la misma señal al cerebro para que piense que se está quemando a pesar de que no hay calor real presente. Explica Leidamarie Tirado-Lee, estudiante de ciencias biológicas, para Helix.

“Dicha estimulación produce la liberación de opioides y endorfinas que neutralizan el dolor, detienen la liberación de la Sustancia P, neurotransmisor asociado con el dolor, y de esta forma se percibe una sensación de placer y de alguna forma un grado de adicción”, detalla Diana Lizárraga Chávez, Doctora y Maestra en ciencias por la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional.

Ojo, el picante no es adictivo por los capsaicinoides. Lo cierto es que las personas se “enganchan” al efecto secundario que estos producen en su cerebro. “El cerebro busca situaciones que le generan bienestar, eso se llama retroalimentación positiva.

Te gusta, por lo tanto, lo repites. Te da más gusto, lo haces de nuevo y así sucesivamente”, añade el Doctor Luis Esteban Hernández, médico de base en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Irónicamente el picante no le da ‘sabor’ a las cosas, lo que genera es ardor, que el cerebro procesa como cierto tipo de dolor. Entonces, ¿las personas adictas al chile son masoquista culinariamente hablando?

Para Paul Rozin, psicólogo de la Universidad de Pensilvania, el picor es una experiencia emocional de riesgo, dolorosa, pero de poca duración y sin daño permanente.

Así, el placer tiene lugar cuando el individuo descubre que el estímulo doloroso y las respuestas defensivas no son realmente peligrosas para la vida. Consumir chile es intenso y provoca una fuerte descarga de endorfinas, por esta razón comer chile resulta más placentero que doloroso.

Rossana Nieto Vera, especialista en investigación y profesora de la Universidad Anáhuac México Norte, asegura que, si una persona se acostumbra a comer con picante, cuando deja de hacerlo los alimentos no saben igual.

“Lo que pasa es que relacionan el placer de comer con ese ardor en la boca y por eso la comida sin picante la sienten sin chiste. De cierto modo sí, se puede considerar un tipo de masoquismo culinario”, señala.

El ser humano es la única especie que disfruta comer picante, incluso podemos decir que los mexicanos son una de las culturas que más disfruta de esta sensación de dolor-placer.

Aunque el picante aumente tu temperatura corporal, te haga llorar y te cause dolor por un gran rato, es casi imposible dejar de comerlo y disfrutarlo a diario.

[…] Si desea adentrarte un poco más en el tema, diríjase aquí Capsaicin References.

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