Por primera vez se logra la reproducción de especie de serpiente en estado de vulnerabilidad.

El Museo Serpentario Oswaldo Meneses del Centro Nacional de Productos Biológicos (CNPB) del Instituto Nacional de Salud, el cual pertenece a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), viene ejerciendo una labor exhaustiva en torno a la investigación de la naturaleza de especies de ofidios nacionales.

En ese contexto, el equipo de investigación dirigido por el doctor Armando Yarlequé Chocas, especialista de amplia trayectoria en el estudio de serpientes peruanas y sus venenos; logró, por primera vez en el país, que un total de siete pequeños ejemplares de la especie Bothrops pictus (Jergón de Costa), comúnmente conocido como la cabeza de lanza del desierto, es una especie de serpiente venenosa de la familia Viperidae. La especie es endémica de América del Sur, que se encuentra en estado de alta vulnerabilidad, nacieran en dicho serpentario.

Este proyecto de investigación que auspicia el Concytec con el apoyo financiero del Banco Mundial, ha permitido que el grupo técnico que trabaja en este campo pueda modernizar el serpentario, adaptándolos a las exigencias actuales para posibilitar la crianza en cautiverio y, eventualmente, su reproducción.

El nacimiento de estos animales encierra varios aspectos importantes, pues las crías que nacieron permitirán evaluar el proceso de crecimiento en relación con las características bioquímicas del veneno que ellas producen, puesto que, como se sabe, las serpientes al nacer ya cuentan con veneno en sus glándulas.

Además, se ha demostrado que, en condiciones apropiadas, estas serpientes pueden reproducirse en estado de cautiverio, evitando así su desaparición. Siendo esta (Bothrops pictus) una especie endémica y emblemática del Perú, debe ser preservada ya que al encontrarse ubicada en los valles de la costa central (Canta, Huaral, Chosica, Lurín, etc.), están sufriendo una progresiva destrucción al crecer las poblaciones humanas de dichas zonas.

Ahora los investigadores se prestan a establecer un análisis morfológico bioquímico de las especies recién nacidas en comparación con sus madres adultas, así como evaluar su comportamiento y su avidez por el alimento.

El grupo de investigación TOXIVEN que encabeza el doctor Yarleque está integrado por cinco investigadores de planta y ocho tesistas, quienes realizan labores tanto en el serpentario como en la unidad matriz que es el laboratorio de Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Biológicas.

Fuente: UNMSM.

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