Un nuevo estudio encuentra más evidencia de que los humanos están impulsando la sexta extinción masiva del mundo. Publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, esta investigación se centra en los vertebrados terrestres (anfibios, aves, mamíferos y reptiles) y descubrió que más de 500 especies están “al borde de la extinción”.
La sexta extinción masiva en curso puede ser la amenaza ambiental más grave para la persistencia de la civilización, porque es irreversible. Miles de poblaciones de especies de animales vertebrados en peligro crítico se han perdido en un siglo, lo que indica que la sexta extinción masiva es causada por humanos y se está acelerando.
La aceleración de la crisis de extinción es segura debido al rápido crecimiento de la cantidad humana y las tasas de consumo. Además, las especies son enlaces en los ecosistemas y, a medida que se caen, es probable que las especies con las que interactúan también vayan.
En las regiones donde se concentran las especies que desaparecen, es probable que ocurran colapsos regionales de la biodiversidad. Los resultados de la investigación enfatizan la extrema urgencia de tomar acciones globales masivas para salvar los sistemas cruciales de soporte vital de la humanidad.
Oportunidad final
Para comprender mejor la crisis de extinción, los investigadores analizaron la abundancia y distribución de especies en peligro crítico. Descubrieron que 515 especies de vertebrados terrestres (1.7 por ciento de todas las especies que analizaron) están al borde de la extinción, lo que significa que les quedan menos de 1,000 individuos.
Alrededor de la mitad de las especies estudiadas tienen menos de 250 individuos restantes. Según el estudio, la mayoría de las especies en peligro de extinción se concentran en regiones tropicales y subtropicales que se ven afectadas por la invasión humana.
Además de las crecientes tasas de extinción, la pérdida acumulada de poblaciones (grupos individuales y localizados de una especie en particular) y el rango geográfico ha llevado a la extinción de más de 237,000 poblaciones de esas 515 especies desde 1900, según las estimaciones de los investigadores.
Con menos poblaciones, las especies no pueden cumplir su función en un ecosistema, lo que puede tener efectos ondulantes. Por ejemplo, cuando la caza excesiva de nutrias marinas, el principal depredador de los erizos de mar que se alimentan de algas marinas, provocó la muerte de las algas en la década de 1700, la vacaquita marina que se alimentaba de algas se extinguió.
“Lo que hagamos para enfrentar la actual crisis de extinción en las próximas dos décadas definirá el destino de millones de especies”, dijo el autor principal del estudio, Gerardo Ceballos, investigador principal del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México. “Nos enfrentamos a nuestra última oportunidad para asegurarnos de que los muchos servicios que la naturaleza nos brinda no sean saboteados irremediablemente”.
La pérdida de criaturas en peligro de extinción podría tener un efecto dominó en otras especies, según los investigadores. La gran mayoría – 84 por ciento – de las especies con poblaciones menores de 5,000 viven en las mismas áreas que las especies con poblaciones menores de 1,000. Esto crea las condiciones para una reacción en cadena en la que la extinción de una especie desestabiliza el ecosistema, poniendo a otras especies en mayor riesgo de extinción.
“La extinción genera extinción”, escriben los autores del estudio. Debido a esta amenaza, exigen que todas las especies con poblaciones de menos de 5.000 se enumeren como en peligro crítico en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, una base de datos internacional utilizada para informar las acciones de conservación a escala mundial.
Implicaciones oportunas
Estos hallazgos podrían ayudar a los esfuerzos de conservación al resaltar las especies y las regiones geográficas que requieren la atención más inmediata. Comprender qué especies están en riesgo también puede ayudar a identificar qué factores podrían ser los más responsables del aumento de las tasas de extinción.
Entre otras acciones, los investigadores proponen un acuerdo global para prohibir el comercio de especies silvestres. Argumentan que la captura o caza ilegal de animales salvajes para alimento, mascotas y medicinas es una amenaza continua y fundamental no solo para las especies al borde sino también para la salud humana.
“Depende de nosotros decidir qué tipo de mundo queremos dejar a las generaciones venideras: uno sostenible o uno desolado en el que la civilización que hemos construido se desintegra en lugar de basarse en éxitos pasados”, dijo el coautor del estudio Peter Cuervo, presidente emérito del Jardín Botánico de Missouri.
Mayor información: Gerardo Ceballos, Paul R. Ehrlich, and Peter H. Raven. «Vertebrates on the brink as indicators of biological annihilation and the sixth mass extinction». Proceedings of the National Academy of Sciences, Published: 01 June 2020.