Leonardo da Vinci, figura icónica del Renacimiento, probablemente sufrió de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y dislexia, afirman Marco Catani y Paolo Mazzarello, autores de un nuevo estudio publicado en la revista neurológica Brain.
Al analizar varios episodios de la vida del genio, los neurólogos italianos concluyeron que evidenciaban todos los síntomas de ese trastorno, del que padece cerca del 5% de la población adulta. Dedicaba un tiempo excesivo a planear sus obras, pero de pronto se cansaba de ellas y las dejaba inacabadas; podía estudiar o contemplar, quedando al mismo tiempo sus proyectos vigentes sin algún progreso. Probablemente también tenía dislexia, según reveló una inspección de sus notas.
En general, la combinación de procrastinación con períodos de actividad enérgica, tan característica para Leonardo, es la prueba del TDAH. Ese trastorno no lleva necesariamente a consecuencias negativas, indican los científicos.
“Si se canalizan positivamente, algunas de las características del TDAH pueden tener una ventaja: el vagabundeo mental puede alimentar la creatividad y la originalidad; la inquietud puede llevar a buscar la novedad y la acción para el cambio”, explican. No obstante, en el caso de Da Vinci, no fue canalizado.
“Indudablemente, Leonardo logró más de lo que cualquier otro ser humano podría soñar en una vida, pero uno se pregunta cuál habría sido el impacto de su trabajo en la historia si hubiera logrado aplicarse más consistentemente a su arte y diseminar eficazmente sus intuiciones y descubrimientos”, se cuestionan los investigadores.
Dormía poco y trabajaba día y noche.
Las dificultades de Leonardo para apegarse a las tareas se generalizaron desde la infancia. Los relatos de biógrafos y contemporáneos muestran que Leonardo estaba constantemente en movimiento, a menudo saltando de tarea en tarea. Como muchos de los que sufren de TDAH, dormía muy poco y trabajaba continuamente día y noche alternando ciclos rápidos de siestas cortas y tiempo despierto.
Junto con los informes de comportamiento errático y proyectos incompletos de otros artistas y patrocinadores, incluido el Papa León X, hay evidencia indirecta que sugiere que el cerebro de Leonardo se organizó de manera diferente en comparación con el promedio. Era zurdo y probablemente era disléxico y dominaba el lenguaje en el lado derecho de su cerebro, todos los cuales son comunes entre las personas con TDAH.
Quizás el lado más distintivo y, sin embargo, perturbador de la mente de Leonardo fue su voraz curiosidad, que impulsó su creatividad y también lo desconcentró.
El profesor Catani sugiere que el TDAH puede tener efectos positivos, por ejemplo, vagar por la mente puede alimentar la creatividad y la originalidad. Sin embargo, si bien es beneficioso en las etapas iniciales del proceso creativo, los mismos rasgos pueden ser un obstáculo cuando el interés cambia a otra cosa.
El profesor Catani, especializado en el tratamiento de afecciones del desarrollo neurológico como el autismo y el TDAH, dice: “Hay una idea errónea que prevalece sobre el hecho de que el TDAH es típico de los niños con poca inteligencia, destinados a una vida problemática.
Por el contrario, la mayoría de los adultos que veo en mi clínica informan que han sido niños inteligentes e intuitivos, pero desarrollan síntomas de ansiedad y depresión más adelante en la vida por no haber logrado su potencial”.
“Es increíble que Leonardo se considerara a sí mismo como alguien que había fracasado en la vida. Espero que el caso de Leonardo muestre que el TDAH no está vinculado a un bajo coeficiente intelectual o falta de creatividad, sino a la dificultad de capitalizar los talentos naturales. Espero que el legado de Leonardo nos ayude a cambiar algunos de los estigmas en torno al TDAH”, concluye.
Mayor información en: Marco Catani and Paolo Mazzarello. «Grey Matter Leonardo da Vinci: a genius driven to distraction». Neurológica Brain, Published: 28 May 2019.