¿Hay bacterias en la placenta humana? ¿Existe una microbioma fetal?

Sabemos que, desde el mismo momento del nacimiento, comenzamos a reunir a nuestros propios microbios, que serán distintos de los de otras personas. Formarán nuestra microbiota, ese conjunto de bacterias, virus, hongos y levaduras que conviven en nuestro organismo, en nuestra piel, boca, intestinos, vagina, … Pero, ¿de dónde viene, cómo los adquirimos?

El primer contacto con los microbios lo heredamos de nuestra propia madre. Durante más de un siglo, la idea de que el útero materno era una especie de santuario estéril en el que se desarrollaba el feto y que el recién nacido adquiría sus microbios durante el momento y después del parto ha sido aceptado como un dogma. Según esto, los bebés nacen estériles y adquieren sus microbios de forma vertical (directamente de la madre conforme pasan por el canal del parto) y horizontalmente (de otros humanos y del ambiente después de nacer).

Al contrario de informes anteriores, la placenta humana está en gran parte libre de microbios, según un estudio. El nuevo resultado sigue años de debate sobre si el órgano que nutre y protege a un feto en crecimiento también contiene bacterias.

Se han acumulado pruebas de duelo a favor y en contra de la presencia de microbios en las placentas. En medio del ida y vuelta, el biólogo molecular Stephen Charnock-Jones de la Universidad de Cambridge y sus colegas estaban ocupados recolectando miles de muestras de placenta como parte de un estudio diferente sobre la salud materna y fetal. Pero el equipo se interesó en la cuestión de una posible colección de bacterias y otros microbios, llamada microbioma, en la placenta. “Pensamos: ‘Esto es algo objetivo que podemos probar'”, dice Charnock-Jones.

Entonces, el equipo de Charnock-Jones examinó más de 500 de las muestras de placenta, que fueron recolectadas después del parto. Estas muestras fueron de embarazos saludables y embarazos que involucraron complicaciones y partos vaginales y cesáreos. El tejido se lavó en soluciones de sal y se congeló. Luego, los investigadores utilizaron dos métodos diferentes para buscar ADN bacteriano.

En general, hubo muy pocos signos de bacterias en las placentas, concluyeron los investigadores en la revista Nature. En cambio, muchas de las señales de ADN bacteriano que se detectaron provienen de herramientas de laboratorio, el canal de parto y, a veces, la solución salina en la que se lavaron las muestras, dice el equipo.

Algunos investigadores sospechan que los microbios en la placenta pueden tener un papel en la salud de las madres o los bebés. Pero los hallazgos del nuevo estudio cuestionan esa premisa.

Para centrarse en las señales bacterianas más confiables, el equipo descartó cualquier bacteria que apareció en solo una de las pruebas. Del mismo modo, descartaron señales que aparecieron solo cuando los investigadores utilizaron un lote particular de solución salina u otros reactivos, o una herramienta de laboratorio en particular, como una máquina secuenciadora de ADN. “No importa en qué mes, qué reactivos, qué técnico”, dice Charnock-Jones. “Nada de eso debería importar si es una señal real”.

Como control adicional, los investigadores agregaron una pequeña cantidad de bacterias Salmonella bongori, que no se encuentran en las personas. Los experimentos detectaron estas bacterias, pero no mucho más, con una notable excepción. En aproximadamente el 5 por ciento de las muestras de placenta, los investigadores encontraron la bacteria Streptococcus del grupo B, que puede ser peligrosa para los fetos y los recién nacidos. Esas muestras no estuvieron vinculadas a resultados de salud más pobres en el estudio, aunque el número general de esos casos fue pequeño.

Los hallazgos del estudio son “muy persuasivos”, dice Roberto Romero, obstetra y ginecólogo en la Rama de Investigación de Perinatología del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano, que se encuentra en la Universidad Estatal de Wayne en Detroit. “Cada vez surgen más pruebas de que, probablemente, las señales que observamos representan contaminación con reactivos y equipos”.

Mayor información: Marcus C. de Goffau, Susanne Lager, et al. «Human placenta has no microbiome but can contain potential pathogens». Nature, Published: 31 July 2019.

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