En 2005, investigadores demostraron que unir los sistemas circulatorios de ratones jóvenes y viejos en un procedimiento llamado parabiosis podría rejuvenecer los tejidos envejecidos y revertir algunos aspectos del envejecimiento en ratones viejos.
Para Irina M. Conboy y su equipo, de la Universidad de California en Berkeley, la clave reside en las proteínas plasmáticas.
El hallazgo provocó una serie de investigaciones sobre si la sangre de un joven podría contener proteínas o moléculas especiales que podrían servir como “fuente de la juventud” para ratones y humanos por igual.
Pero un nuevo estudio realizado por el mismo equipo muestra que se pueden lograr efectos similares de reversión de la edad y, se enfoca en trabajar en la sangre vieja en sí misma, simplemente diluyendo el plasma sanguíneo de ratones viejos, no se necesita sangre joven. Los hallazgos completos del estudio fueron publicados en la revista Aging.
Durante el estudio, el equipo de investigación descubrió que, al reemplazar la mitad del plasma sanguíneo en ratones viejos con una mezcla de solución salina y albúmina, la albúmina que reemplaza la proteína perdida que se eliminó cuando se tomó el plasma sanguíneo viejo original, podría lograr un resultado similar o más fuertes.
Los efectos fueron visibles tras una sola intervención. En concreto, rejuveneció el tejido hepático, los tejidos musculares, a la vez que favoreció la formación de nuevas neuronas en el hipocampo.
Este descubrimiento desplaza el modelo dominante de rejuvenecimiento de la sangre joven hacia los beneficios de eliminar los factores elevados en la edad y potencialmente dañinos en la sangre vieja.
En humanos, la composición del plasma sanguíneo se puede alterar en un procedimiento clínico llamado plasmaféresis terapéutico, o plasmaféresis. El equipo de investigación está finalizando los ensayos clínicos para determinar si un intercambio plasmático modificado en humanos podría usarse para mejorar la salud general de las personas mayores y para tratar enfermedades asociadas a la edad que incluyen desgaste muscular, neurodegeneración, diabetes tipo 2 y desregulación inmune.
Según Dobri Kiprov, director médico de Apheresis Care Group y coautor del artículo, podría pasar algún tiempo antes de que la gente abandone la idea de que la sangre joven es esencial para el rejuvenecimiento y para detener el proceso de envejecimiento.
Botón de reinicio para el envejecimiento
Después del descubrimiento de que el intercambio sanguíneo neutral mejoró esencialmente la salud de los ratones viejos, el equipo realizó una investigación proteómica del plasma sanguíneo de los animales para descubrir cómo se alteraron las proteínas en su sangre después del procedimiento.
Así mismo los investigadores también realizaron un análisis similar del plasma sanguíneo de humanos que se sometieron a un intercambio terapéutico de plasma.
En el análisis, los investigadores descubrieron que el proceso de intercambio de plasma actúa casi como un botón de reinicio molecular, reduciendo las concentraciones de una serie de proteínas proinflamatorias que se elevan con la edad, al tiempo que permite que las proteínas más beneficiosas, como las que promueven la vascularización, se recuperen en grandes cantidades.
Aunque algunas de las proteínas pueden considerarse como candidatos terapéuticos o farmacológicos adicionales, Conboy advierte que es poco probable que las alteraciones en una sola proteína puedan transponer el envejecimiento en ratones. Como siguiente paso, el equipo de investigación está a punto de manejar ensayos clínicos para comprender mejor cómo el intercambio sanguíneo terapéutico podría utilizarse mejor para tratar las condiciones humanas de envejecimiento.
Mayor información: Melod Mehdipour, Colin Skinner and Nathan Wong. «Rejuvenation of three germ layers tissues by exchanging old blood plasma with saline-albumin». Aging, Published: 30 May, 2020
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