Algunos celulares Apple y Samsung lanzados en los tres últimos años estarían produciendo radiación de radiofrecuencia a niveles más altos de los permitidos por la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés), según un reciente informe del ‘Chicago Tribune’.
La extensa investigación del citado medio probó 11 modelos diferentes: cuatro iPhone (iPhone 7, 8, 8 Plus y X), tres Samsung Galaxys (S8, S9 y J3), tres Motorolas (e5, e5 Play y g6 Play) y un BLU Vivo 5 Mini. Las pruebas fueron realizadas en los laboratorios de RF Exposure Lab, acreditado por la FCC.
Cómo se realizaron las pruebas.
Prueba estándar: Los teléfonos se probaron de acuerdo con las normas y directrices de la FCC. La exposición se midió a dos distancias del cuerpo simulado: la distancia que los fabricantes eligieron para sus propias pruebas previas a la comercialización (5, 10 o 15 milímetros) y una “prueba de bolsillo” más cercana a 2 milímetros.
Prueba modificada: los teléfonos Apple y Motorola se volvieron a probar después de que esas compañías enviaran comentarios basados en los resultados. Estas pruebas agregaron pasos destinados a activar sensores diseñados para reducir la potencia de los teléfonos. Dos teléfonos recién adquiridos también se sometieron a las pruebas modificadas.
Los resultados.
El Tribune probó 11 modelos de teléfonos celulares midiendo cuánta radiación de radiofrecuencia fue absorbida por un cuerpo simulado colocado cerca del teléfono. La Comisión Federal de Comunicaciones ha establecido un límite de exposición de 1,6 vatios por kilogramo en promedio sobre un gramo de tejido.
Los resultados muestran que los niveles de absorción de radiofrecuencia del iPhone 7 se encuentran entre los peores, con un SAR casi dos a cuatro veces mayor que el límite de seguridad cuando se prueba a 2 mm del cuerpo. El iPhone X también supera ligeramente los límites recomendados, pero el 8 Plus se mantiene dentro del rango permitido.
Los tres modelos de Samsung Galaxy también mostraron una mayor absorción a la misma distancia, con el Galaxy S8 a la cabeza, que superó por cinco veces el estándar actual.
El SAR es la tasa de absorción específica, es decir, una medida de la potencia máxima con que un campo electromagnético de radiofrecuencia es absorbido por el tejido vivo. Al día de hoy, en Estados Unidos, el máximo permitido es 1.6W / kg; sin embargo, los efectos adversos se observan en niveles del orden de 50 veces más que el estándar, según la FCC.
El informe del ‘Chicago Tribune’ indica que, a partir de sus resultados, la FCC ahora realiza sus propias indagaciones. No obstante, la agencia estatal aclaró que las pruebas realizadas por el medio estadounidense “no eran tan completas” como las que generalmente se presentan para los informes oficiales de cumplimiento.
El medio reconoció que el experimento fue realizado tras llevar los dispositivos al límite, por lo que es bastante difícil que un equipo alcanzase estos niveles de radiación en caso de que se le dé un uso normal.
En la actualidad no existe evidencia científica sólida que demuestre que estos niveles de exposición sean dañinos. Los resultados obtenidos solo pueden inidcar que los teléfonos exceden los niveles de SAR que actualmente regula la FCC.
La FCC planea realizar pruebas adicionales en los teléfonos inteligentes para hacer un seguimiento, lo que debería dar más información sobre la seguridad de los teléfonos inteligentes. Para obtener más información sobre los procedimientos de prueba y los resultados, el informe completo de The Chicago Tribune detalla mucho más y vale la pena leerlo para aquellos que estén preocupados.
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