Un equipo de la Universidad de California en Berkeley (EE UU) ha convertido a las moscas de la fruta (Drosophila melanogaster), una presa apetecible para ranas y pájaros, en presas potencialmente venenosas que pueden provocar el vómito a cualquiera que las coma.
Es más, en cantidades suficientemente grandes, podrían provocar incluso el vómito humano de forma parecida a lo que lo hace el jarabe de ipecacuana –utilizado para inducir náuseas–, según los científicos.
Las moscas de la fruta modificadas genéticamente han ganado algunos de los superpoderes de las mariposas monarcas, específicamente, la capacidad de digerir las toxinas del algodoncillo y convertirse en venenosas para los depredadores.
Al realizar solo tres cambios genéticos, las moscas de la fruta se convirtieron en “moscas monarca”, capaces de resistir las toxinas de las plantas y almacenar los productos químicos a medida que las moscas se transformaban de gusanos a adultos, informaron los investigadores en la revista Nature.
Los investigadores habían sospechado previamente que tres cambios de aminoácidos en una proteína llamada subunidad alfa de la bomba de sodio, o ATPalpha, estaban involucrados en hacer que las mariposas fueran insensibles a los químicos conocidos como glucósidos cardíacos, que se encuentran en el algodoncillo y algunas otras plantas. La bomba de sodio es parte de un sistema celular que mueve los átomos de sodio y potasio cargados dentro y fuera de las células. Pero aún era posible que los cambios fueran solo una coincidencia.
Entonces, el biólogo evolutivo Noah Whiteman de la Universidad de California, Berkeley y sus colegas utilizaron el editor de genes CRISPR / Cas9 para alterar las bombas de sodio de las moscas de la fruta y volver sobre los pasos evolutivos que eventualmente resultaron en que las monarcas se vuelven resistentes a los químicos. Las monarcas almacenan algunos de los químicos en sus cuerpos, haciéndolos venenosos y desagradables para los depredadores.
Cambiando los aminoácidos uno por uno, los investigadores descubrieron que los tres son necesarios para producir moscas de la fruta que, desde la etapa del huevo hasta la edad adulta, pueden sobrevivir a la exposición a los químicos.
Sin embargo, la tolerancia al algodoncillo tiene su precio. Las moscas monarca se paralizaron temporalmente cuando el vial en el que estaban contenidas se golpeó sobre una mesa, una indicación de que los sistemas nerviosos de las moscas eran menos capaces de soportar el estrés. El costo puede valer la pena para las mariposas monarca porque el beneficio de ser nocivo para los depredadores es mucho más valioso, dice Whiteman.
Mayor información en: Marianthi Karageorgi, Simon C. Groen, Fidan Sumbul, et al. «Genome editing retraces the evolution of toxin resistance in the monarch butterfly». Nature, Published: 02 October 2019.