Un alemán residente en la provincia española de Orense, estuvo conviviendo durante 3 años con un lobo como mascota. El hombre, llamado Michel, había adoptado al animal creyendo que era una perra de la raza lobo checo, ya que la ‘mascota’ tenía toda la documentación que así lo acreditaba, informa Agencia EFE.
Sin embargo, con el paso del tiempo, los vecinos empezaron a sospechar que se trataba de una loba ibérica, y no una perra. Uno de ellos llamó a la Guardia Civil en noviembre del 2018, y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) —unidad de la Guardia Civil— comenzó las investigaciones.
El Seprona recogió una muestra biológica el 10 de febrero de 2019 para hacer el análisis de ADN y determinar la raza del animal. Las pruebas revelaron que se trataba de un ejemplar de Canis lupus signatus (Lobo ibérico), afirmó la Guardia Civil en un reciente informe.
Además, la loba tenía tres cachorros híbridos, también en poder del ciudadano alemán. Desde el pasado 12 de febrero de 2020 los cuatro animales están a cargo del Servicio de Patrimonio Natural de la Consejería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia, tras ser entregados voluntariamente por el propietario.
La Asociación Animalista Libera ha pedido que se estudien “todas las iniciativas posibles” para los lobos y que sean enviados a un santuario.
Según ha informado esta entidad en un comunicado, entre las propuestas que sugieren los animalistas a la Xunta de Galicia se encuentra “el contacto con santuarios de cánidos existentes en países como Estados Unidos”, donde la protección de estos animales también se realiza en reservas especializadas en el trato con lobos que han sido decomisados, criados en cautividad o recogidos con heridas provocadas por cazadores.
La ONG entiende que estos recintos “están mejor preparados por espacio y personal que un Centro de Recuperación gallego”, que habitualmente, añade, “están saturados y sus funciones no deben ser el cuidado de especies tan características como un lobo ibérico y sus tres crías híbridas”, a la vez que reclaman “transparencia por este sorprendente hallazgo en una localidad ourensana”.
Así, consideran que debería ser la persona antes responsable de los animales quien se haga cargo de los gastos de transporte “a la espera de dilucidad posibles responsabilidades por este contexto en donde se ha mantenido a un animal en peligro en estas condiciones”, han abundado, informan medios locales.