A menudo escuchamos la afirmación de que “descendemos de los monos” cuando se habla de la evolución humana.
Sin embargo, esta idea simplifica y distorsiona nuestra comprensión de la evolución y la relación entre humanos y primates.
En este artículo, analizaremos las razones por las que esta afirmación es incorrecta y cómo debemos entender la evolución y nuestra conexión con otros primates.
Primer error: ignorar la diversidad de primates
Cuando decimos que “descendemos de los monos”, cometemos el error de agrupar a todos los primates bajo una misma categoría.
Los primates son un grupo diverso que incluye a simios, monos, lémures, tarseros y, por supuesto, humanos.
Dentro de este grupo, hay más de 500 especies con características únicas y adaptaciones específicas a sus entornos.
Al hablar de la evolución humana como si fuéramos descendientes directos de monos, minimizamos esta diversidad y simplificamos nuestra comprensión de cómo hemos evolucionado en relación con otras especies de primates (1).
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Segundo error: malentender la evolución como un proceso lineal
Otro problema con la afirmación de que “descendemos de los monos” es que sugiere que la evolución es un proceso lineal y jerárquico, en el que una especie evoluciona “hacia arriba” hasta convertirse en otra especie. La realidad es que la evolución es un proceso mucho más complejo y ramificado.
Los seres humanos y los otros primates comparten un antepasado común que vivió hace aproximadamente 5-8 millones de años (2).
En lugar de evolucionar directamente de los monos, los humanos y los otros primates han seguido diferentes rutas evolutivas a lo largo de millones de años, desarrollando adaptaciones específicas para cada especie.
Por lo tanto, es más preciso decir que los humanos y los monos son primos evolutivos en lugar de descendientes directos.
Tercer error: subestimar la importancia de nuestro antepasado común
Reconocer la existencia de un antepasado común entre humanos y otros primates nos permite entender la evolución de manera más precisa.
Este antepasado común probablemente era un primate que compartía características tanto con los simios como con los monos (3).
A lo largo del tiempo, las diferentes poblaciones de este antepasado común se dividieron y siguieron diferentes rutas evolutivas.
Algunas de estas poblaciones dieron lugar a las especies de simios actuales, como gorilas, chimpancés y bonobos, mientras que otras poblaciones dieron lugar a los humanos.
Entender este proceso nos ayuda a apreciar las similitudes y diferencias entre los seres humanos y otros primates, y a reconocer que la evolución es un proceso continuo de adaptación y cambio.
Conclusión
Decir que “descendemos de los monos” es una simplificación y distorsión de nuestra comprensión de la evolución humana.
En lugar de considerarnos descendientes directos de los monos, es más preciso reconocer que compartimos un antepasado común con otros primates y que hemos evolucionado a lo largo de diferentes rutas a lo largo de millones de años.
Al reconocer y apreciar la diversidad de primates, la complejidad del proceso evolutivo y la importancia de nuestro antepasado común, podemos obtener una comprensión más profunda y precisa de cómo hemos evolucionado y cómo nos relacionamos con otros miembros de nuestro grupo taxonómico.
Esta comprensión no solo es fundamental para la biología y la antropología, sino que también tiene implicaciones para cómo nos vemos a nosotros mismos y a otros seres vivos en el planeta.
Al reconocer nuestra conexión evolutiva con otros primates y la complejidad de la evolución, podemos fomentar una mayor empatía y respeto por nuestros “primos” animales y trabajar juntos para proteger la biodiversidad y garantizar un futuro sostenible para todas las especies en nuestro planeta.
[expand title=”Referencias”]
- Shoshani, Jeheskel, William J. Kupsky, and Gary H. Marchant. “Elephant brain: Part I: Gross morphology, functions, comparative anatomy, and evolution.” Brain research bulletin, 30 June 2006.
- Langergraber, Kevin E., et al. “Generation times in wild chimpanzees and gorillas suggest earlier divergence times in great ape and human evolution.” Proceedings of the National Academy of Sciences, August 13, 2012.
- Ryan, Timothy M., et al. “Evolution of locomotion in Anthropoidea: the semicircular canal evidence.” Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, 13 June 2012.
- Bergström, A., Stringer, C., Hajdinjak, M. et al. Origins of modern human ancestry. Nature, 10 February 2021.
- Zimmer, C. (2013). Human evolution: The origin of our species. National Geographic, 224(4), 3-33. [/expand]
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