Desde la década de 1990 se ha producido un cambio en el movimiento de los polos, algo que, según el último estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters, se debe al derretimiento de los glaciares debido al calentamiento global.
Y es que, en los últimos 30 años, el eje del planeta -la línea imaginaria alrededor de la cual gira el planeta en su movimiento sobre sí mismo- ha experimentado un desplazamiento acelerado.
Desde 1980, la posición de los polos -que son el punto donde el eje de rotación de la Tierra se cruza con la superficie- se ha movido unos cuatro metros en dirección este, según indica el estudio.
La llamada deriva polar -que indica cómo ha ido variando la posición de los polos a lo largo de la historia- cambió de dirección por completo en 1995, y entre ese año y 2020, la velocidad del movimiento de los polos aumentó unas 17 veces en comparación con lo que sucedió entre 1981 y 1995, según la AGU.
Los investigadores han podido determinar las causas de las derivaciones polares a partir de 2002 basándose en datos del Experimento Climático y Recuperación de Gravedad (GRACE), una misión conjunta de la NASA y el Centro Aeroespacial Alemán, lanzada con satélites gemelos ese año y una misión de seguimiento en 2018.
Según el estudio, la principal causa de este movimiento en el eje, estuvo en la pérdida de agua en las regiones polares, o sea, el hielo que se derritió y fluyó hacia los océanos.
“La disminución acelerada resultante del derretimiento del hielo glacial es el principal impulsor de la rápida deriva polar después de la década de 1990“, concluyó el equipo de expertos.
Además, resaltan que el derretimiento del hielo glacial es una consecuencia directa del cambio climático provocado por el hombre.
Se estima que más de un tercio de los glaciares que aún quedan en el mundo se derretirán antes del año 2100. En cuanto al hielo marino, el 95% del más antiguo y grueso que se encontraba en el Ártico ya desapareció.
Los científicos estiman que, si las emisiones continúan aumentando sin control, el Ártico podría quedar sin hielo durante los veranos a partir del año 2040.
Mientras, el estudio mostró que las pérdidas de los glaciares representaron la mayor parte del cambio en el eje de rotación de la Tierra, es probable que el bombeo de agua subterránea también haya contribuido a los movimientos de los polos.
El agua subterránea se almacena debajo de la Tierra, pero, una vez que se bombea para beber o para la agricultura, la mayoría finalmente fluye al mar, redistribuyendo su peso en todo el mundo.
En los últimos 50 años, la humanidad ha extraído 18 billones de toneladas de agua de depósitos subterráneos profundos sin que haya sido reemplazada.
Algunos científicos argumentan que la escala de este impacto significa que es necesario declarar una nueva época geológica, el Antropoceno.
Desde mediados del siglo XX, ha habido una marcada aceleración de las emisiones de dióxido de carbono y el aumento del nivel del mar, la destrucción de la vida silvestre y la transformación de la tierra por la agricultura, la deforestación y el desarrollo.
Referencia: S. Deng, S. Liu, X. Mo, L. Jiang, P. Bauer‐Gottwein. «Polar Drift in the 1990s Explained by Terrestrial Water Storage Changes». Geophysical Research Letters, 22 March 2021.