La demencia, especialmente el Alzheimer, sigue sin tener una cura definitiva. Por eso, los científicos buscan nuevas estrategias para frenar o prevenir esta enfermedad. Una idea interesante es la reutilización de medicamentos ya existentes.
Es decir, observar si los medicamentos recetados para otras enfermedades también podrían proteger el cerebro o, por el contrario, dañarlo. Eso fue lo que hizo un equipo internacional en un estudio publicado en Alzheimer’s & Dementia: Translational Research and Clinical Interventions.
¿Cómo se hizo este estudio tan grande?
El equipo revisó estudios anteriores con una metodología muy específica:
- Se enfocaron en estudios que analizaron datos de millones de pacientes.
- Usaron inteligencia artificial y técnicas estadísticas avanzadas.
- Se analizaron más de 139 millones de personas en total.
- De ellos, un millón tenía algún tipo de demencia.
- Evaluaron qué medicamentos tomaban esos pacientes antes de desarrollar la enfermedad.
- Buscaron patrones de asociación entre ciertos fármacos y el riesgo de desarrollar demencia.
Este tipo de investigación se llama revisión sistemática, y ayuda a reunir datos confiables de múltiples fuentes para detectar tendencias claras.
Fármacos que podrían proteger contra la demencia
Uno de los hallazgos más prometedores fue que ciertos medicamentos se relacionaban con un menor riesgo de demencia. Entre ellos, destacan:
- Antimicrobianos (como antibióticos): Podrían ayudar al cerebro al reducir infecciones que causan inflamación, un factor relacionado con la aparición del Alzheimer.
- Vacunas: Se asociaron con un menor riesgo, quizás porque estimulan el sistema inmunológico, ayudando a proteger al cerebro de agresiones externas.
- Antiinflamatorios: Al reducir la inflamación crónica, podrían evitar el daño progresivo que se cree está vinculado a enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Estos resultados no prueban que estos medicamentos curen la demencia, pero sí muestran una relación estadística importante. Por eso, los científicos creen que estos fármacos deben estudiarse más a fondo en ensayos clínicos controlados.
Medicamentos que podrían aumentar el riesgo
También se identificaron medicamentos que se asociaron con un mayor riesgo de desarrollar demencia. Entre los más preocupantes están:
- Fármacos para la diabetes: Algunas clases podrían afectar el metabolismo cerebral o los vasos sanguíneos del cerebro, aumentando el riesgo.
- Vitaminas y suplementos: Aunque suenan inocentes, el uso sin control médico puede alterar funciones del cuerpo que influyen en la salud cerebral.
- Antipsicóticos: Ya se sabía que su uso prolongado podía causar efectos secundarios en adultos mayores, y ahora también se vinculan con mayor riesgo de deterioro cognitivo.
Estos hallazgos no significan que debamos dejar de usarlos, especialmente si son necesarios para tratar otras enfermedades. Pero sí indican que su uso prolongado debe ser evaluado con más cuidado, sobre todo en personas mayores o con factores de riesgo.
¿Y qué pasó con los medicamentos para la presión y la depresión?
Aquí los resultados fueron menos claros. Algunos estudios encontraron que los antihipertensivos protegían el cerebro, mientras otros mostraron lo contrario. Con los antidepresivos, ocurrió algo similar. Algunos fármacos podrían tener beneficios, mientras otros podrían aumentar el riesgo.
Por eso, los investigadores concluyen que aún falta más evidencia para saber con certeza qué impacto tienen estos medicamentos sobre la demencia. Además, señalaron que las diferencias entre estudios podrían deberse a los tipos de pacientes analizados. También influye la dosis y el tiempo que se tomaron los medicamentos.
Incluso el momento en que comenzaron a usarse podría cambiar sus efectos. Por todo esto, se necesita más investigación antes de sacar conclusiones firmes.
¿Por qué este estudio es tan importante?
Los científicos creen que este estudio puede ayudar a priorizar qué medicamentos deberían probarse en ensayos clínicos contra el Alzheimer. Además, da pistas sobre los mecanismos biológicos que podrían estar detrás de la demencia. Por ejemplo, si ciertos antibióticos reducen el riesgo, tal vez la infección o la inflamación tenga un papel más importante de lo que se pensaba.
También puede ayudar a los médicos a tomar decisiones más informadas sobre qué medicamentos recetar, especialmente en personas mayores con riesgo de deterioro cognitivo.
El uso prolongado de medicamentos para el reflujo gástrico podría aumentar el riesgo de demencia.
Conclusión
Este estudio brinda una nueva perspectiva sobre cómo medicamentos comunes podrían influir en el riesgo de desarrollar demencia. Aunque no se establece una relación causal directa, los resultados ayudan a priorizar qué fármacos merecen más estudio.
La reutilización de medicamentos existentes podría acelerar tratamientos más accesibles. Además, conocer estas asociaciones permite orientar mejor los ensayos clínicos y entender los mecanismos que intervienen en el desarrollo de la demencia.
- Underwood, B. R., et al., & Deep Dementia Phenotyping (DEMON) Network. (2025). Data-driven discovery of associations between prescribed drugs and dementia risk: A systematic review. Alzheimer’s & Dementia (New York, N. Y.), 11(1), e70037.
