Un nuevo estudio publicado en iScience ha identificado las neuronas que podrían ser las responsables de la ansiedad y la depresión. Este hallazgo podría cambiar la forma en que comprendemos y tratamos los trastornos emocionales.
Los investigadores del Instituto de Neurociencias CSIC-UMH, descubrieron que ciertas neuronas de la amígdala central controlan directamente las conductas relacionadas con la ansiedad y la depresión.
Según el estudio, al restaurar el equilibrio en la actividad de estas neuronas, los científicos lograron revertir los síntomas de ansiedad y depresión en modelos animales, abriendo la puerta a futuras terapias más precisas.
El papel clave de la amígdala en las emociones
La amígdala es una región del cerebro esencial para procesar el miedo, la ansiedad y otras emociones. Sin embargo, su hiperactividad se ha vinculado con trastornos como la ansiedad generalizada o la depresión mayor. En el estudio, se comprobó que cuando la amígdala pierde su equilibrio funcional, se generan cambios profundos en el comportamiento emocional.
Los investigadores se centraron en un tipo particular de neuronas del núcleo centrolateral de la amígdala (CeL), conocidas como neuronas de disparo regular. Estas células actúan como reguladoras del sistema emocional, modulando las respuestas de miedo, ansiedad y sociabilidad.
El equipo descubrió que cuando estas neuronas se sobreestimulan, los animales muestran signos de ansiedad, depresión y alteraciones sociales. En cambio, al restaurar su actividad normal, las conductas volvieron a la normalidad.
Neuronas que causan ansiedad y depresión
Según el estudio, el exceso del gen Grik4, que codifica una subunidad del receptor de kainato (GluK4), altera la comunicación neuronal entre la amígdala basolateral (BLA) y la amígdala centrolateral (CeL). Esta desregulación provoca un desequilibrio en los circuitos neuronales que controlan las emociones.
Los ratones modificados genéticamente para sobreexpresar Grik4 mostraron ansiedad intensa, comportamiento depresivo y déficit social. Sin embargo, al normalizar la expresión de este gen en las neuronas piramidales de la amígdala basolateral, los científicos lograron restaurar la actividad sináptica y eliminar los síntomas emocionales.
En otras palabras, las neuronas que causan ansiedad y depresión fueron identificadas como las neuronas de disparo regular del CeL, cuya hiperactividad genera respuestas emocionales anormales.
Cómo revertir la ansiedad y depresión
El experimento demostró que reducir la actividad de estas neuronas mediante la normalización del gen Grik4 puede revertir los efectos de la ansiedad y la depresión. Los investigadores lograron esto utilizando una técnica de ingeniería genética que aplicó un virus inofensivo (AAV-CaMKII-Cre-GFP) en la amígdala basolateral de los ratones.
Cuatro semanas después, los animales tratados mostraron una reducción significativa de los niveles de ansiedad y depresión. Además, recuperaron comportamientos sociales normales, como el interés por explorar y relacionarse con otros individuos.
Este hallazgo sugiere que intervenir directamente sobre las neuronas de disparo regular podría convertirse en una nueva estrategia terapéutica para los trastornos afectivos. En lugar de actuar sobre todo el cerebro, podrían desarrollarse tratamientos que restauren el equilibrio neuronal en circuitos específicos.
La amígdala y su red emocional
La amígdala no actúa sola. Es un centro de conexión que comunica la corteza cerebral, el hipocampo y el tálamo, integrando información emocional y cognitiva. Este estudio muestra que incluso pequeñas alteraciones en las conexiones entre la amígdala basolateral y la centrolateral pueden modificar drásticamente el estado emocional.
Al analizar la actividad eléctrica de las neuronas, los científicos observaron que la normalización del gen Grik4 restauró la fuerza sináptica en las neuronas de disparo regular, pero no en las de disparo tardío. Esto indica que las primeras tienen un papel determinante en el control de la ansiedad.
El estudio también identificó que estas neuronas están vinculadas con estructuras cerebrales relacionadas con el miedo y la motivación, como el tálamo periventricular y la sustancia gris periacueductal. Su hiperactividad puede amplificar las respuestas de miedo o angustia.
La ansiedad podría originarse en el útero: descubren cómo un embarazo estresante afecta al hijo.
Conclusión
El estudio representa un avance fundamental en la neurociencia de las emociones. Al descubrir las neuronas que causan ansiedad y depresión, y demostrar cómo revertir sus efectos, se da un paso decisivo hacia terapias cerebrales de precisión.
Este estudio reafirma que la clave para entender las enfermedades mentales está en los circuitos neuronales. Comprender su funcionamiento podría revolucionar el tratamiento de millones de personas que viven con ansiedad o depresión.
Discover more from Comunidad Biológica
Subscribe to get the latest posts sent to your email.
