Los arqueólogos dijeron el miércoles que hicieron el mayor descubrimiento de restos de mamuts: un tesoro de 800 huesos de al menos 14 de los gigantes extintos encontrados en el centro de México.
Además, creen que han hecho el primer hallazgo de una trampa gigantesca colocada por humanos, quienes la habrían utilizado para capturar a los enormes herbívoros hace más de 14,000 años, dijo el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH).
Las trampas descubiertas, de un metro setenta de profundidad y usadas durante cinco siglos, datan, según se desprende por la información de las capas estratigráficas, de unos 15.000 años atrás, aunque, preciso Córdoba, “todavía no se ha realizado a los restos encontrados la prueba del carbono catorce”.
“Este es el mayor hallazgo de este tipo jamás realizado”, dijo el instituto en un comunicado.
Los restos esqueléticos se encontraron en Tultepec, cerca del sitio donde el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador está construyendo un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México.
Algunos tenían signos de que los animales habían sido cazados, lo que llevó a los expertos a concluir que habían encontrado “la primera trampa de mamut del mundo”, dijo.
“Los mamuts vivieron aquí durante miles de años. Los rebaños crecieron, se reprodujeron, murieron, fueron cazados … Vivieron junto a otras especies, como caballos y camellos”, dijo el arqueólogo Luis Córdoba a los periodistas.
Los investigadores dijeron que al menos cinco rebaños de mamuts vivían en el área del hallazgo.
México ha sido escenario de sorprendentes descubrimientos gigantescos antes.
En la década de 1970, los trabajadores que construían el metro de la Ciudad de México encontraron un gigantesco esqueleto mientras excavaban en el lado norte de la capital.
En cuanto a los procedimientos de cacería, algunas piezas descubiertas en el yacimiento refuerzan la teoría de que los humanos se enfrentaban a estos animales de grandes dimensiones con sus armas, en vez de esperar su muerte una vez caídos en las trampas.
“En uno de los cráneos se aprecia la marca de un ataque con lanza. Tiene unos 15 centímetros de largo. Resbaló en el hueso, no atravesó. Es un dato importante porque había pocas evidencias de que el hombre atacara directamente al mamut”, expuso Luis Córdoba.
Además, los cazadores de la época, según el investigador, “tenían un gran conocimiento de la fisonomía del animal” y usaban esa cultura para transformar partes de la osamenta en herramientas “con huesos bien elegidos según la utilidad”.
Todos los huesos encontrados en el yacimiento Tepultepec II, tras el debido proceso de tratamiento, irán destinados a la Casa de Cultura de Tultepec, para poder ser visitados junto al esqueleto rescatado hace tres años.