Se dice que nacemos 100 % humanos pero que al morir somos 90 % microbianos. De hecho, pocos tejidos de nuestro cuerpo, si es que hay alguno, son totalmente estériles.
La mayorĂa tienen una microbiota propio, es decir, una comunidad de microorganismos (bacterias, virus, hongos, entre otros) que habitan un sitio definido.
En los Ășltimos años, la llegada de las ciencias âĂłmicasâ (que permiten estudiar un gran nĂșmero de molĂ©culas implicadas en el funcionamiento de un organismo) ha supuesto una revoluciĂłn en biomedicina. Estas han permitido analizar microorganismos que no se podĂan detectar con los mĂ©todos de cultivo tradicionales.
Explorar la microbiota en ausencia de patologĂas.
Con el anålisis de la microbiota podemos analizar la totalidad de los microorganismos que residen en nuestro cuerpo. Gracias a ello, ahora sabemos que la mayor parte de las comunidades bacterianas presentes en el ser humano coexisten sin causar daño. De hecho, causan muchos beneficios.
Por ejemplo, en algunos sitios, como en el intestino, una mayor diversidad microbiana puede estar relacionada con un estado bueno de salud. Por el contrario, un desequilibrio en esta relación puede desembocar en una enfermedad.
Pero histĂłricamente el foco de la investigaciĂłn de la microbiota ha estado centrado en los estados alterados del mismo. De esta forma, la fisiologĂa o estado ânormalâ habĂa quedado en un segundo plano.
Por tanto, determinar la composiciĂłn microbiana en ausencia de patologĂa supone el punto de partida para el desarrollo de mĂ©todos diagnĂłsticos y terapĂ©uticos.
En este contexto, en 2007 se iniciĂł en todo el mundo el Proyecto Microbioma Humano con el fin de determinar el conjunto de microorganismos que habitan en el cuerpo humano sin causar perjuicios y establecer la metodologĂa adecuada para su estudio.
Este trabajo tratĂł de determinar si existĂa alguna asociaciĂłn entre el microbioma y la salud. Sus primeros resultados mostraron que cada parte del cuerpo humano albergaba sus propios microorganismos diferenciales.
AsĂ se abriĂł una nueva puerta para mejorar la salud humana mediante el seguimiento y la modulaciĂłn del microbioma.
ÂżQuiĂ©n vive en el Ăștero?
La diversidad microbiana varĂa a lo largo del cuerpo humano y en el contexto de la reproducciĂłn y la fertilidad se conoce que la vagina posee una microbiota altamente activa.
Referente a la salud femenina o ginecolĂłgica, una microbiota vaginal sana incluye especies del gĂ©nero Lactobacillus. Si se dan alteraciones en la composiciĂłn de las comunidades bacterianas podrĂa alterarse el estado de salud de la mujer e, incluso, repercutir en su salud reproductiva.
Sin embargo, hasta hace muy poco se asumĂa que el Ăștero humano era un medio completamente estĂ©ril. La ciencia pensaba que la invasiĂłn microbiana uterina solo se producĂa en procesos patolĂłgicos perinatales. Por tanto, la fecundaciĂłn y el desarrollo embrionario se suponĂa que acontecĂan en esterilidad.
Los primeros estudios apuntaban a que el Ăștero albergaba su propia composiciĂłn microbiana, pero se desconocĂa si estos microbios estaban vivos o, si, por el contrario, eran solo secuencias de material genĂ©tico microbiano degradado.
Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Granada, el Instituto de ParasitologĂa y Biomedicina LĂłpez Neyra (IPLN) del CSIC y el Hospital Virgen de las Nieves de Granada, que se ha publicado en Human Reproduction, una de las revistas mĂĄs prestigiosas a nivel mundial en el campo de la reproducciĂłn humana, ha descrito y analizado la microbiota activa que habita en el Ăștero de mujeres. AsĂ, se han identificado mĂĄs de 5.300 microorganismos distintos (virus, bacterias y hongos, entre otros).
AdemĂĄs, se ha determinado que la composiciĂłn de estos microorganismos cambia a lo largo del ciclo menstrual. Es decir, cambian tanto su composiciĂłn como sus funciones, lo que indica que esta microbiota puede depender de los cambios hormonales que se producen a lo largo del ciclo menstrual.
Todo esto muestra que los microorganismos podrĂan tener un papel importante en las funciones del endometrio. EspecĂficamente, en la preparaciĂłn del Ăștero para la implantaciĂłn del embriĂłn y el embarazo exitoso. Sin embargo, el papel de los microbios en fisiologĂa del Ăștero requiere mĂĄs investigaciĂłn.
Microorganismos en acciĂłn.
Ademås, gracias a este nuevo enfoque de modelización (hecho por simulación computacional) se ha podido determinar no solo la presencia de microorganismos, sino sugerir también los procesos metabólicos en los que participan dentro del órgano.
Todas las cĂ©lulas vivas participan en rutas metabĂłlicas pero la forma en que las cĂ©lulas humanas y microbianas podrĂan ejercer influencia entre ellas no se habĂa explorado hasta ahora.
Este estudio ha demostrado, por ejemplo, que durante la fase en la que se implanta el embriĂłn, los microorganismos estĂĄn involucrados en la biosĂntesis de prostanoides (derivados de ĂĄcidos grasos esenciales) y el metabolismo del L triptĂłfano, ambos cruciales para que se establezca el embarazo.
Estos son los primeros atisbos de la posible interacciĂłn entre huĂ©sped y microorganismo pero se necesitan mĂĄs estudios para comprender las funciones microbianas en el Ăștero humano.
Investigaciones como esta abren paso a la identificaciĂłn de biomarcadores microbianos mĂnimamente invasivos y una mejora en los tratamientos ginecolĂłgicos con implicaciones clĂnicas y terapĂ©uticas a nivel uterino hoy desconocidas.
Autor: Signe Altmae.
Investigadora RamĂłn y Cajal e Investigadora Principal del proyecto ENDORE, Universidad de Granada. Este artĂculo se vuelve a publicar de The Conversation, bajo una licencia Creative Commons.