¿Cómo afecta la soledad al cerebro? La soledad es una experiencia común que puede afectar negativamente nuestra salud mental y bienestar.
La ciencia ha comenzado a explorar cómo la soledad afecta al cerebro, y los resultados son sorprendentes.
En este artículo, analizaremos cómo la soledad influye en nuestro cerebro y qué estrategias podemos adoptar para reducir sus efectos negativos.
Efectos de la soledad en el cerebro
Según investigaciones, la soledad crónica se ha relacionado con un aumento en la inflamación, la liberación de cortisol, una hormona del estrés, y un mayor riesgo de trastornos mentales como depresión y ansiedad (Cacioppo et al., 2015).
Además, la soledad también puede tener efectos negativos en la función cognitiva, el sueño y el sistema inmunológico.
Antojos de compañía: Las investigaciones sugieren que la soledad desencadena respuestas neuronales en el cerebro similares a las que se observan cuando las personas tienen hambre y desean comida (Tomova et al., 2021).
La soledad puede provocar “antojos” de compañía tan fuertes como el hambre o la sed, señalando la necesidad de conexión social.
Hostilidad y pesimismo: La soledad puede hacernos más hostiles y pesimistas, ya que nos hace enfocarnos más en los aspectos negativos de una situación (Cacioppo et al., 2018).
Los individuos solitarios pueden experimentar un ciclo vicioso de hostilidad y aislamiento, lo que aleja aún más a las personas y la compañía que anhelan.
Desconfianza: La soledad puede afectar nuestra capacidad para confiar en los demás, ya que nos vuelve más alerta a las posibles amenazas a nuestro alrededor (Advanced Science, 2021).
Esto puede conducir a niveles más altos de desconfianza en otros y dificultar la formación de relaciones sólidas.
Deterioro cognitivo: La soledad también puede contribuir al deterioro cognitivo, ya que la interacción social es necesaria para mantener nuestros cerebros estimulados (New England Journal of Medicine, 2019).
Las investigaciones han demostrado que los niveles altos de aislamiento social se asocian con un deterioro cognitivo superior al promedio en pruebas de memoria y procesamiento espacial.
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Cambios neuronales
El cerebro humano es un órgano social que se desarrolla y funciona en respuesta a las interacciones con los demás.
Los estudios han demostrado que la soledad crónica puede cambiar la forma en que nuestro cerebro procesa la información social (Mushtaq et al., 2020).
Por ejemplo, la amígdala, una región del cerebro que se ocupa de las emociones y las reacciones al estrés, puede volverse hiperactiva en respuesta al aislamiento social, lo que podría conducir a una mayor ansiedad y sensibilidad al rechazo.
Asimismo, se ha observado que las conexiones neuronales entre la corteza prefrontal, una región del cerebro involucrada en la toma de decisiones y el control de impulsos, y la amígdala pueden debilitarse.
Esto puede resultar en una menor capacidad para regular nuestras emociones, lo que a su vez podría aumentar la susceptibilidad a problemas de salud mental.
Salud mental y soledad
La soledad crónica es un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos mentales, en particular la depresión y la ansiedad (Matthews et al., 2016).
El aislamiento social también se ha asociado con un aumento en la frecuencia de pensamientos negativos y rumiaciones, lo que puede contribuir al desarrollo de síntomas depresivos.
Además, la soledad también puede afectar nuestro sistema de recompensa cerebral, lo que puede disminuir nuestra motivación y deseo de participar en actividades sociales.
Este ciclo de aislamiento y falta de interacción social puede exacerbar aún más la soledad y empeorar la salud mental.
Estrategias para combatir la soledad
Establecer conexiones sociales: Fomentar relaciones sólidas y significativas puede ayudar a reducir la soledad y sus efectos negativos en el cerebro.
Hacer ejercicio: El ejercicio físico regular mejora la salud física y mental, reduciendo el estrés y la ansiedad, y promoviendo la liberación de endorfinas (Stubbs et al., 2018).
Terapia y apoyo: La terapia cognitivo-conductual (TCC) y el apoyo emocional pueden ser útiles para abordar los sentimientos de soledad y tratar trastornos mentales asociados (Andersson et al., 2016).
Adoptar una mascota: La interacción con animales de compañía puede reducir la soledad y mejorar el bienestar emocional y la salud mental (Powell et al., 2019).
Practicar la atención plena: La meditación y otras prácticas de atención plena pueden ayudar a mejorar la salud mental y reducir los sentimientos de soledad (Khoury et al., 2015).
Conclusión
La soledad es una experiencia compleja que puede tener un impacto significativo en nuestro cerebro y bienestar general.
A través de la investigación científica, hemos aprendido que la soledad puede provocar antojos de compañía, aumentar la hostilidad y el pesimismo, disminuir la confianza en los demás y contribuir al deterioro cognitivo.
Afortunadamente, existen diversas estrategias, como establecer conexiones sociales, hacer ejercicio, buscar terapia, adoptar mascotas y practicar la atención plena, que pueden ayudarnos a enfrentar la soledad y mejorar nuestra salud mental.
Referencias
Artículos interesantísimos para todos,pero que a mí me nutren grandemente,ahora que la vida me marca un alto,para reflexionar y reordenar mi tren mismo.
Sin duda me ayudan a continuar el tramo que el creador me conceda
Gracias
No sabía que estaba sufriendo de soledad xd pero a la misma vez estaba haciendo todo para combatirla, adopte un perro, empecé hacer ejercicio, a hablar más con mis amigos a salir más a reunirme y pasar más tiempo de calidad y menos fiesta y realmente si es una mejora la que te da increíble