Alcanzar y agarrar objetos provoca cambios en las conexiones de una determinada población neuronal en el núcleo rojo, una región del cerebro medio, que ahora informan investigadores de Biozentrum de la Universidad de Basilea. También han demostrado cómo las tareas de motricidad fina promueven la reorganización plÔstica de esta región del cerebro. Los resultados del estudio han sido publicados en Nature Communications.
El simple hecho de agarrar una taza de café requiere una coordinación motora fina con la mÔxima precisión. Este rendimiento requerido del cerebro es una habilidad que también se puede aprender y entrenar.
El grupo de investigación de la profesora Kelly Tan en Biozentrum, Universidad de Basilea, investigó el núcleo rojo, una región del cerebro medio que controla el movimiento motor fino e identificó una nueva población de células nerviosas que cambia cuando se entrena la coordinación motora fina. Cuanto mÔs se practica el agarre, mÔs se fortalecen las conexiones entre las neuronas de este grupo de células nerviosas.
Agarrar es una habilidad que puede ser entrenada y mejorada, incluso en adultos.Ā Para que los mĆŗsculos realicen un movimiento correctamente, los comandos del cerebro deben transmitirse a travĆ©s de la mĆ©dula espinal.Ā El nĆŗcleo rojo, que a lo largo de los aƱos ha recibido poca atención enĀ la investigación del cerebro, desempeƱa un papel importante en la coordinación motora fina.Ā AquĆ, el cerebro aprende nuevasĀ habilidades de motricidad finaĀ para captar y almacenar lo que ha aprendido.
El equipo de Kelly Tan ahora ha investigado el núcleo rojo con mÔs detalle en el modelo de ratón y analizó su estructura y composición neuronal. «Hemos encontrado que esta región del cerebro es muy heterogénea y se compone de diferentes poblaciones de neuronas», dice Giorgio Rizzi, primer autor del estudio.
Mejora las habilidades motoras finas a travƩs de cambios plƔsticos en el cerebro.
El equipo de investigación ha caracterizado una de estas poblaciones de neuronas y ha demostrado que aprender nuevos movimientos de agarre fortalece las conexiones entre las neuronas individuales.Ā Ā«Al aprender nuevas habilidades de motricidad fina, la coordinación de esteĀ movimientoĀ especĆficoĀ se optimiza y almacena en el cerebro como un códigoĀ», explica Tan.Ā Ā«Por lo tanto, hemos podido demostrar tambiĆ©n laĀ neuroplasticidadĀ en el nĆŗcleo rojoĀ».
En un paso mÔs, el equipo ahora quiere investigar la estabilidad de estas conexiones de células nerviosas fortalecidas en el núcleo rojo y averiguar en qué medida regresan cuando no se practican los movimientos motores finos aprendidos.
Los hallazgos tambiĆ©n podrĆan proporcionar nuevos conocimientos sobre la comprensión de la enfermedad de Parkinson, en la que las personas afectadas padecen trastornos motores.
El equipo espera descubrir si las conexiones neuronales en el núcleo rojo también han cambiado en estos pacientes y en qué medida el entrenamiento motor fino puede reafirmar la red neuronal.
Referencia: Mayor información en Nature Communications.