Los investigadores han tomado personas sanas y las han infectado intencionalmente con el Covid-19, solo para ver qué les sucede.
A primera vista, para la mayoría de nosotros que hemos estado tratando durante dos o más años de hacer todo lo posible para no infectarnos, esta parece una decisión un poco extraña, pero la verdad es que este experimento tiene una gran importancia científica.
El objetivo del estudio era ver exactamente qué sucede en el cuerpo desde el momento de la exposición al Covid-19, hasta la recuperación y su eventual eliminación del virus.
Los investigadores reclutaron a 34 voluntarios sanos y jóvenes de entre 18 y 30 años para que participaran en el experimento.
Ninguno de ellos había tenido previamente Covid-19 ni tenía resistencia al virus, como se confirmó a través de una prueba serológica de anticuerpos contra el SARS-CoV-2.
El experimento comenzó con la inserción de gotitas nasales que contenían partículas de coronavirus en la nariz de voluntarios sanos y libres de anticuerpos.
Las gotas contenían la cantidad promedio de partículas víricas que se pueden encontrar en un aerosol de gotas emitido por la nariz de un paciente con coronavirus.
La cepa del virus utilizada por los investigadores era la variante alfa, pero seguía siendo diferente del virus original que inició la pandemia mundial porque ya presentaba mutaciones en la proteína espiga.
34 fueron expuestos, 18 fueron infectados, cero casos severos (el experimento comenzó a mediados de 2020).
Después de la exposición al virus, 18 de los voluntarios contrajeron Covid-19, de los cuales 16 desarrollaron síntomas leves a moderados de la enfermedad (dolor de garganta, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, fatiga y fiebre).
Alrededor de un tercio de los voluntarios (13) perdieron el sentido del olfato. Se restableció para 10 de ellos dentro de los tres meses posteriores a la infección, y tres todavía sufrieron el síntoma durante más de tres meses.
Entre los 18 voluntarios que se infectaron, los investigadores encontraron que el período promedio de incubación del virus fue de 42 horas.
Los investigadores realizaron pruebas de Covid-19 a los participantes dos veces al día, durante las cuales tomaron muestras tanto de la garganta como de las fosas nasales de cada persona.
Con pruebas de PCR realizadas en el laboratorio, calcularon la cantidad de partículas virales activas y contagiosas en cada uno de ellos.
Así, encontraron que la carga viral en los infectados aumentaba rápidamente al final del período de incubación.
El virus se puede detectar antes en la garganta, aproximadamente 40 horas después de la exposición inicial, y en la nariz, en promedio, 58 horas después de la exposición.
Los investigadores también encontraron que la carga viral en los infectados alcanzó su punto máximo al quinto día después de la exposición, en promedio.
Y, por lo general, la presencia viral en la garganta fue menor que la que se encuentra en la nariz de los voluntarios enfermos y alcanzó su punto máximo antes de comenzar a disminuir.
Otro hallazgo interesante informado por los investigadores fue que todos los participantes tenían niveles bastante similares de carga viral, independientemente de la gravedad de los síntomas que experimentaran.
¿En qué etapa las pruebas rápidas son fiables?
Los investigadores también probaron, en su experimento, la capacidad de detección de pruebas rápidas de antígenos a lo largo de las etapas de la enfermedad.
Llegaron a la conclusión de que estas pruebas pudieron detectar de manera confiable el virus en el momento de la enfermedad, aunque fueron ligeramente menos sensibles al inicio y al final, cuando la carga viral es más baja.
En otras palabras, las pruebas rápidas tenían menos probabilidades de dar positivo cuando los niveles de virus eran más bajos, lo que significa que al principio y al final de la enfermedad pueden dar un resultado falso negativo.
Como se indicó, estos son solo los hallazgos iniciales del estudio y, a continuación, los investigadores tienen la intención de profundizar y examinar por qué algunos de los voluntarios contrajeron el coronavirus mientras que otros no.
Además, planean realizar otro experimento de infección intencional, esta vez con la variante Delta. No especificaron si había un plan para probar también con la variante Omicron, que es la cepa más contagiosa hasta la fecha y la más dominante en este momento.
Mayor información: Ben Killingley, Alex Mann, Mariya Kalinova et al. «Safety, tolerability and viral kinetics during SARS CoV-2 human challenge». Springer Nature, published: 01 February 2022.