¿Sabías que el clásico toque de color en tus labios puede esconder un elemento tóxico? El plomo en lápiz labial ha sido tema recurrente en la literatura científica por su potencial impacto en la salud. Aunque los fabricantes afirman que las concentraciones son mínimas, varios estudios recientes han evidenciado valores que superan los límites recomendados. Comprender por qué ocurre y cómo nos afecta resulta crucial para tomar decisiones informadas.
En los últimos años, múltiples investigaciones han analizado la presencia de metales pesados en cosméticos. Según el estudio publicado en Journal of Trace Elements and Minerals, 100 % de las muestras evaluadas contenían plomo, cadmio o cromo. De igual forma, un estudio publicado en Environmental Science & Technology demostró que determinadas barras de labiales excedían con creces los límites chinos. Estos hallazgos confirman que el riesgo no es hipotético.
Más allá de la polémica, conviene reflexionar sobre los riesgos del plomo en cosméticos. La evidencia indica que una exposición prolongada, incluso a dosis bajas, puede traducirse en efectos neurológicos, endocrinos y reproductivos. En este artículo veremos el origen del problema, cómo llega el metal al organismo y qué medidas puedes adoptar para proteger tu salud.
¿Por qué hay plomo en el lápiz labial?
El plomo no se añade deliberadamente al cosmético como ingrediente activo; suele entrar como contaminante de pigmentos minerales y colorantes sintéticos. De acuerdo al estudio publicado en Journal of Trace Elements in Medicine and Biology, la principal fuente son los óxidos metálicos utilizados para otorgar tonalidades intensas y duraderas.
Otro factor es la maquinaria empleada durante la producción. Según el artículo publicado por Shaaban et al. (2022), los equipos de molienda y los recipientes metálicos pueden desprender partículas de plomo que, finalmente, quedan atrapadas en la mezcla. La falta de buenas prácticas de manufactura agrava el problema.
Por último, los lotes falsificados o de escasa trazabilidad presentan concentraciones significativamente mayores. Investigadores ghaneses hallaron valores de hasta 10 mg/kg en muestras adquiridas en mercados informales (Saah et al., 2024). Así, la cadena de suministro es clave para entender la contaminación.
¿Cuánto plomo hay en los lápices labiales?
Diversos estudios coinciden en que la concentración de plomo varía ampliamente entre marcas, lotes y tonalidades. En Nigeria, el rango se sitúa entre 5,6 y 25,1 µg/g. En Europa y China, la media ronda 0,3–1,8 µg/g, con picos hasta 7,2 µg/g. Aunque estos valores pueden parecer bajos, es crucial recordar que no existe un nivel seguro de exposición a metales pesados.
La Organización Mundial de la Salud clasifica al plomo como neurotóxico sin umbral seguro. La ingesta diaria admisible (IDA) propuesta para adultos no debe superar 3,6 µg/kg de peso corporal. Un solo pintalabios aplicado varias veces al día podría aportar hasta 20 % de esa dosis.
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Vías de exposición y toxicocinética
Cuando aplicas tu labial favorito, parte del producto se ingiere de forma involuntaria al comer, beber o lamerte los labios. Un estudio publicado en Food and Chemical Toxicology, estimó que una usuaria habitual puede consumir 24 mg de lápiz labial al año. Aunque la dosis parezca baja, la naturaleza bioacumulativa del plomo convierte la exposición crónica en un problema sustancial.
Tras la ingestión, entre 10 y 15 % del metal se absorbe en adultos, mientras que en niños la cifra puede llegar al 50 % (Öztaş et al., 2024). El plomo circula en sangre y se deposita en huesos, hígado y riñones. La vida media ósea supera los 20 años, lo que facilita un efecto acumulativo.
La ruta dérmica también juega un papel secundario. Kicińska y Kowalczyk (2025) demostraron que la absorción a través de la piel es baja pero no despreciable, sobre todo si la barrera cutánea está dañada. De cualquier modo, la vía oral sigue siendo la principal.
Riesgos del plomo en cosméticos para la salud
La literatura científica vincula la exposición prolongada a plomo con alteraciones neurológicas, pérdida de capacidad cognitiva y trastornos del desarrollo en niños. Según el estudio publicado en Frontiers in Public Health, incluso concentraciones inferiores a 1 mg/kg pueden incrementar los niveles de plomo en sangre de forma apreciable tras varios años de uso.
En adultos, los efectos incluyen hipertensión, disfunción renal y problemas reproductivos. Zhao et al. (2016) reportaron una bioacumulación que contribuía al 68 % de la exposición total femenina cuando el contenido en plomo superaba los 300 mg/kg. Además, investigaciones recientes señalan un posible vínculo con desequilibrios hormonales y alteraciones tiroideas.
No menos preocupantes son los efectos a nivel óseo. El plomo sustituye al calcio en el tejido y se libera durante el embarazo y la lactancia, transfiriéndose al feto. Esto puede provocar parto prematuro y bajo peso al nacer, como sintetiza la revisión de Monnot et al. (2015).
Regulaciones y límites internacionales
Los organismos reguladores buscan frenar la presencia de metales pesados en cosméticos, pero las normativas varían. En la Unión Europea se exige que el plomo no sea ingrediente intencionado; sin embargo, no existe un límite cuantitativo específico, confiando en las “trazas técnicamente inevitables”. EE. UU. propone un máximo de 10 ppm, mientras que Canadá recomienda no superar los 10 ppm en lápices labiales.
China y Nigeria han fijado 40 ppm y 25 ppm respectivamente, aunque estudios locales, como el de Ogundele et al. (2024), demuestran que muchas muestras superan dichos límites. Esta heterogeneidad regulatoria deja vacíos que los fabricantes pueden explotar, sobre todo en mercados virtuales con escaso control aduanero.
Cómo reducir tu exposición
La primera recomendación es leer detenidamente la etiqueta y optar por marcas con certificaciones de buenas prácticas de manufactura. Las empresas que someten sus lotes a ensayos independientes publican los resultados en sus sitios web.
En segundo lugar, limita la frecuencia de reaplicación. Si normalmente retocas tu labial diez veces al día, intenta reducir a dos o tres pasadas, utilizando bálsamos hidratantes sin pigmentos entre medias.
Tercero, descarta productos vencidos o de procedencia dudosa. Los precios excesivamente bajos suelen ser señal de falsificación. El estudio de Li et al. (2021) demostró que las muestras de bajo costo contenían el doble de plomo que las de gama alta.
Por último, considera alternativas con pigmentos orgánicos certificados. Aunque no están exentas de riesgos, las coloraciones derivadas de vegetales presentan menor probabilidad de contaminación metálica.
En conclusión
El plomo en lápiz labial representa un problema real y documentado. La evidencia científica indica que la exposición crónica, aun en niveles reducidos, puede acarrear consecuencias neurológicas, renales y reproductivas.
Dado que los riesgos del plomo en cosméticos son acumulativos y afectan de manera especial a poblaciones vulnerables, conviene adoptar prácticas de consumo responsables y exigir mayor transparencia a la industria.
Los hallazgos recientes subrayan la necesidad de normas globales más estrictas y de un etiquetado que revele la concentración de metales pesados. Mientras tanto, informarte, elegir marcas confiables y moderar el uso son estrategias clave para proteger tu salud sin renunciar al color en tus labios.
Estudio revela que las proteínas en polvo pueden contener metales pesados como plomo y cadmio.
- Lara‑Torres, S., Figueiredo, D., & Paz, S. (2021). Determination and risk assessment of toxic metals in lipsticks from Europe and China. Journal of Trace Elements in Medicine and Biology. DOI: 10.1016/j.jtemb.2021.126792
- Li, Y., Fang, Y., & Liu, Z. (2021). Trace metal lead exposure in typical lip cosmetics from electronic commercial platform: investigation, health risk assessment and blood lead level analysis. Frontiers in Public Health. DOI: 10.3389/fpubh.2021.766984
- Monnot, A. D., Christian, W. V., & Abramson, M. M. (2015). An exposure and health risk assessment of lead in lipstick. Food and Chemical Toxicology. DOI: 10.1016/j.fct.2015.03.022
- Ogundele, L. T., Ayeku, P. O., & Oladejo, O. F. (2024). Concentrations and probable health risks of potentially toxic metals in some Nigerian lipstick products. Journal of Trace Elements and Minerals. DOI: 10.1016/j.jtemin.2024.100142
- Öztaş, D. M., Ulutaş, O. K., & Berkkan, A. (2024). Do lead content of lipsticks expose a health risk to children? A risk assessment study. Journal of Public Health. DOI: 10.1093/pubmed/fdae070
- Saah, S. A., Boadi, N. O., & Sakyi, P. O. (2024). Human health risks of lead, cadmium, and other heavy metals in lipsticks. Heliyon. DOI: 10.1016/j.heliyon.2024.e40576
- Shaaban, H., Issa, S. Y., & Ahmad, R. (2022). Investigation on the elemental profiles of lip cosmetic products. Saudi Pharmaceutical Journal. DOI: 10.1016/j.jsps.2022.03.014
- Zhao, D., Li, J., & Ma, L. Q. (2016). Lead relative bioavailability in lip products and their potential health risk to women. Environmental Science & Technology. DOI: 10.1021/acs.est.6b01425
- Kicińska, A., & Kowalczyk, M. (2025). Health risks from heavy metals in cosmetic products available in the online consumer market. Scientific Reports. DOI: 10.1038/s41598-024-83477-2
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