El dolor menstrual intenso no es solo una molestia pasajera. Para millones de mujeres, la dismenorrea primaria representa un problema recurrente que afecta la calidad de vida, el rendimiento académico y el trabajo diario.
Aunque los analgésicos suelen ser la primera opción, no siempre funcionan igual para todas. Un nuevo estudio científico sugiere que un nutriente común, el zinc, podría ser una alternativa eficaz y segura para reducir este dolor.
Un metaanálisis reciente, publicado en la revista Nutrients, analizó de forma rigurosa la evidencia disponible sobre la suplementación con zinc y su efecto en la dismenorrea primaria. Los resultados son claros y abren una nueva puerta para el manejo del dolor menstrual desde la nutrición.
Qué es la dismenorrea primaria y por qué duele tanto
La dismenorrea primaria es el dolor menstrual que aparece sin una enfermedad ginecológica de fondo. Se manifiesta como calambres intensos en la parte baja del abdomen, que pueden acompañarse de náuseas, fatiga, dolor lumbar o cefaleas.
Este dolor ocurre principalmente por un aumento de prostaglandinas, sustancias que provocan contracciones uterinas fuertes. Cuando estas contracciones son excesivas, disminuyen el flujo sanguíneo al útero, generando dolor e inflamación.
Se estima que hasta el 90 % de las mujeres que menstrúan experimentan dismenorrea en algún momento de su vida. En muchos casos, el dolor es lo suficientemente intenso como para interferir con las actividades diarias.
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Por qué el zinc podría ayudar a aliviar el dolor menstrual
El zinc es un mineral esencial que participa en múltiples procesos del organismo. Entre sus funciones más importantes se encuentran su efecto antiinflamatorio y antioxidante.
Los investigadores explican que el zinc puede reducir el dolor menstrual porque:
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Inhibe la producción excesiva de prostaglandinas.
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Disminuye los espasmos uterinos.
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Mejora la microcirculación en el endometrio.
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Reduce el estrés oxidativo en los tejidos.
Gracias a estos mecanismos, el zinc no actúa como un simple analgésico, sino que aborda algunas de las causas biológicas del dolor menstrual.
Cómo se realizó el metaanálisis
El estudio siguió las directrices internacionales PRISMA 2020, utilizadas para garantizar revisiones sistemáticas de alta calidad. Los autores revisaron estudios publicados hasta mayo de 2024 en bases de datos científicas reconocidas, como PubMed, Embase y Cochrane Library.
Se incluyeron únicamente ensayos clínicos aleatorizados, considerados el estándar de oro en investigación médica. En total, se analizaron seis estudios, que incluyeron a 739 mujeres con dismenorrea primaria.
La intensidad del dolor se evaluó mediante escalas validadas, como la Escala Visual Analógica (EVA). Además, los investigadores examinaron el riesgo de sesgo, la dosis de zinc utilizada, la duración del tratamiento y la presencia de efectos adversos.
Resultados claros: menos dolor y buena tolerancia
Los resultados del metaanálisis muestran que la suplementación con zinc redujo de forma significativa la intensidad del dolor menstrual en comparación con placebo. La magnitud del efecto fue clínicamente relevante, lo que significa que la disminución del dolor fue perceptible y útil para las participantes.
Uno de los hallazgos más importantes fue que:
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Tratamientos de al menos 8 semanas lograron una mayor reducción del dolor.
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Dosis bajas, desde 7 mg diarios de zinc elemental, fueron suficientes para obtener beneficios.
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Dosis más altas ofrecieron un alivio adicional, aunque el beneficio extra fue moderado.
En cuanto a la seguridad, no se encontraron diferencias significativas en los efectos adversos entre el grupo que recibió zinc y el grupo placebo. Esto indica que el zinc fue bien tolerado por la mayoría de las participantes.
Conclusión
Este metaanálisis aporta evidencia sólida de que la suplementación con zinc es una opción eficaz, segura y accesible para reducir el dolor de la dismenorrea primaria. Su efecto antiinflamatorio y antioxidante permite aliviar el dolor desde la raíz del problema, no solo enmascarar los síntomas.
El hecho de que dosis bajas sean efectivas y que el perfil de seguridad sea favorable convierte al zinc en una alternativa práctica para muchas mujeres. Aunque no reemplaza la consulta médica, este enfoque nutricional puede integrarse como parte de una estrategia más amplia para el manejo del dolor menstrual.
La ciencia continúa demostrando que la nutrición juega un papel clave en la salud femenina, y el zinc se perfila como un aliado sencillo para mejorar el bienestar durante el ciclo menstrual.
