Nueva investigación explora los factores fisiopatológicos que vinculan los trastornos del sueño y la enfermedad de Alzheimer. Una mejor comprensión de esta conexión puede conducir a posibles diagnósticos y terapias para la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas y demencia. El artículo se publica antes de imprimirlo en el Journal of Neurophysiology (JNP) .
La investigación del Alzheimer se ha centrado en gran medida en la presencia de dos proteínas, la beta amiloide y la tau, en el cerebro. Se cree que la beta amiloide está relacionada con el aprendizaje y la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse, y la tau ayuda a regular la señalización normal entre las células neuronales. Se ha encontrado que las personas con enfermedad de Alzheimer tienen ambas características: una acumulación de amiloide beta y tau en el cerebro.
Estudios previos en animales y seres humanos sanos han informado niveles más altos de beta amiloide después de una sola noche de falta de sueño. Esto es consistente con los patrones normales de fluctuación de la proteína que ocurren antes de dormir y al despertar. Estos hallazgos sugieren que el sueño ayuda al cuerpo a eliminar el exceso de beta amiloide antes de que se acumule demasiado en el cerebro. La investigación también ha demostrado que la interrupción del sueño de ondas lentas, una fase de sueño profundo, hace que los niveles de beta amiloide aumenten hasta en un 30 por ciento. “Esta evidencia demuestra la importancia del sueño en la eliminación de los desechos metabólicos y la interrupción del sueño como un mediador significativo en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer”, escribieron Shen Ning y Mehdi Jorfi, PhD, los autores del artículo.
La presencia de tau, la proteína que se encuentra enredada en el cerebro de las personas con enfermedad de Alzheimer, en el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal (líquido cefalorraquídeo) es un marcador de lesión en las células nerviosas, explicaron los autores. Se ha encontrado que la falta de sueño por una noche aumenta los niveles de tau hasta en un 50 por ciento en el líquido cefalorraquídeo.
La investigación sugiere que el mayor factor que contribuye a la enfermedad de Alzheimer es el aumento de la producción de beta amiloide y tau y la reducción de la eliminación de estas proteínas. Si bien la calidad del sueño parece ser capaz de ayudar al cuerpo a eliminar el exceso de proteínas, “la pregunta sigue siendo si la interrupción del sueño agrava los síntomas [de la enfermedad de Alzheimer] y aumenta la progresión de la enfermedad, o si la interrupción del sueño realmente inicia la cascada del desarrollo [de la enfermedad de Alzheimer]”. los investigadores escribieron
El estudio continuo de la relación entre el sueño y la enfermedad de Alzheimer “es muy prometedor para salvar la biología molecular y celular del sueño en el contexto del desarrollo de [la enfermedad de Alzheimer]. “Incluso puede proporcionar beneficios terapéuticos útiles para prevenir no solo [la enfermedad de Alzheimer], sino también para mejorar el diagnóstico y los tratamientos para enfermedades psiquiátricas y metabólicas”, escribieron los investigadores.
Referencia: Beyond the sleep-amyloid interactions in Alzheimer’s disease pathogenesis. S. Ning, M. Jorfi. Journal of Neurophysiology, 13 March 2019. DOI: https://doi.org/10.1152/jn.00118.2019.