Los humanos y los primates no humanos tienen muchas similitudes en términos de genéticas, fisiología, cognición, emoción y comportamiento social, podría demostrar ser un modelo más efectivo para probar intervenciones terapéuticas.
Esto puede ser de gran utilidad para los científicos a la hora de estudiar afecciones típicas en los seres humanos, sobre todo cuando su origen y dinámica molecular es muy difícil de observar en individuos vivos. Es por ello que se recurre a modelos animales.
Los roedores han sido el modelo primario del laboratorio para probar las intervenciones terapéuticas para las enfermedades neurodegenerativa. Sin embargo, los ratones no reflejan siempre procesos humanos, así que mientras que este modelo animal ha sido integral a entender procesos neurodegenerativa de la enfermedad, no ha probado como efectivo en traducir terapias prometedoras a la clínica.
La tasa de fracaso en los ensayos clínicos de la terapéutica de la enfermedad de Alzheimer es extremadamente alta en aproximadamente el 99,6 por ciento, y tenemos que cambiar eso”, dijo el Dr. Marcel Daadi.
Ahora un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigación de Primates del Sudoeste (SNPRC, por sus siglas en inglés) del Instituto de Investigación Biomédica de Texas (Texas Biomed) parece haber encontrado el modelo ideal para estudiar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y otras demencias relacionadas.
Los científicos observaron una disminución cognoscitiva relativa a la edad escarpada en babuinos cerca de 20 años, que es el equivalente de un ser humano de 60 años. Las personas de científicos, llevadas por el Dr. Marcelo Daadi, profesor adjunto en SNPRC de Tejas Biomed, publicaron sus conclusión en la aplicación de mayo el envejecimiento. Estos estudios son un primer paso en desarrollar el babuino como modelo animal apropiado para la enfermedad de Alzheimer del primero tiempo.
El envejecimiento es algo inevitable, pero una de las metas actuales es aumentar la calidad de vida y reducir la prevalencia de enfermedades que incapaciten a las personas en edades avanzadas.
Estudios previos identificaron la corteza prefrontal del cerebro como una de las regiones más afectadas por la edad. El problema con ello es que esta interviene en funciones como la memoria de trabajo, los comportamientos autorreguladores y dirigidos a objetivos, y esto supone una reducción de las mismas.
Teniendo este objetivo identificado, los investigadores decidieron estudiar el envejecimiento de esta región en los babuinos y determinar si estos podían discernir y aprender nuevas tareas a diferentes edades.
Entonces reunieron a babuinos que dividieron en dos grupos según su edad: adultos y ancianos, y les realizaron cuatro pruebas cognitivas para observar su desempeño en el aprendizaje de cosas nuevas, la función motora y la asociación de memoria y forma. Y fue así como descubrieron que los babuinos viejos tardaban mucho más en las pruebas de atención, aprendizaje y memoria.
“Nuestro paso siguiente es investigar las neuropatologías detrás de esta disminución cognoscitiva y realizar la proyección de imagen para entender qué suceso a las conexiones de los nervios y determina dónde los defectos pueden estar,” él dijo. “También observaremos los biomarkers que pueden darnos una idea de porqué está suceso esta disminución escarpada. Todos estos datos nos permitirán caracterizar más lejos el babuino como modelo natural que pueda probar útil para probar intervenciones terapéuticas tempranas.”
Mayor información: Stephanny Lizarraga, Etienne W. Daadi, Gourav Roy-Choudhury, et al. «Age-related cognitive decline in baboons: modeling the prodromal phase of Alzheimer’s disease and related dementias». Aging, Published: 19 May, 2020