Un grupo de científicos de la NASA y varias universidades estudió cómo la microgravedad afecta a los huesos. Para ello, enviaron ratones hembra de 16 semanas a la Estación Espacial Internacional (EEI) durante 37 días. Los resultados fueron publicados en la revista científica PLOS ONE.
Este estudio forma parte del experimento Rodent Research-1, cuyo objetivo es entender cómo el espacio afecta la salud ósea. Aunque ya se sabía que los astronautas pierden masa ósea en el espacio, este nuevo trabajo detalla exactamente dónde y cómo ocurre esa pérdida en los esqueletos de los mamíferos.
Pérdida de hueso solo en partes que soportan peso
Los científicos descubrieron que los ratones que estuvieron en el espacio perdieron hueso especialmente en el fémur, un hueso que normalmente soporta peso. Sin embargo, sus vértebras, que dependen más de la fuerza muscular, no mostraron cambios importantes.
Esto demuestra que la pérdida de hueso en el espacio no se debe tanto a la radiación, como muchos pensaban, sino más bien a la falta de gravedad que impide el uso normal de ciertas partes del esqueleto.
Además, se observó que el entorno espacial acelera la osificación endocondral en la cabeza del fémur. En otras palabras, la microgravedad hace que los huesos largos maduren y dejen de crecer antes de tiempo, lo que podría tener consecuencias graves para astronautas jóvenes o personas aún en crecimiento.
No todo es malo si se usa un hábitat enriquecido
Pero no todos los ratones sufrieron la misma pérdida. Aquellos que se quedaron en la Tierra, pero dentro de un hábitat especial para roedores de la NASA, mantuvieron e incluso ganaron masa ósea. En contraste, los que vivieron en jaulas tradicionales perdieron hueso, aunque nunca salieron del planeta.
Este detalle es muy importante. El hábitat enriquecido tenía superficies de malla 3D, lo que promovía mayor movimiento y presión sobre los huesos. Esto sugiere que el entorno donde viven los animales (y por extensión, los astronautas) puede ayudar a prevenir el daño óseo, incluso en ausencia de gravedad.
La microgravedad cambia el desarrollo de los huesos
Uno de los hallazgos más llamativos del estudio es que el espacio no solo debilita los huesos, sino que también cambia su desarrollo natural. El equipo identificó un inicio temprano de la osificación secundaria en las cabezas femorales.
Este proceso marca el final del crecimiento de los huesos largos. Si ocurre antes de tiempo, el hueso deja de alargarse. Esto puede tener un impacto negativo en la estatura final y en la salud general del esqueleto.
Aunque los ratones ya estaban cerca de la madurez ósea, este efecto podría ser aún más grave en astronautas adolescentes o en misiones espaciales de larga duración. En resumen, el espacio acelera el cierre del crecimiento óseo.
Radiación no fue la causa principal
Una sorpresa del estudio fue que la radiación espacial no parece ser la principal culpable de la pérdida de hueso. Como el daño fue específico del fémur y no de toda la estructura ósea, los investigadores concluyen que la descarga mecánica (la falta de peso y presión normal) es la razón más importante.
Este hallazgo cambia la forma en que se diseñarán futuras investigaciones. Ahora se priorizarán estrategias para simular carga en el esqueleto, más que escudos contra la radiación. Así, se podrán desarrollar contramedidas más efectivas para misiones largas, como las que se planean hacia Marte.
Lo que esto significa para el futuro de los viajes espaciales
Este estudio aporta información muy valiosa para el futuro de los vuelos espaciales. Por ejemplo, si los astronautas no usan trajes o máquinas que imiten la gravedad, podrían sufrir una pérdida ósea irreversible o una detención prematura del crecimiento.
Además, los hábitats espaciales del futuro deberán incorporar estructuras que promuevan el movimiento y la carga mecánica. Esto ayudará a mantener el esqueleto saludable, incluso en gravedad cero.
Finalmente, los investigadores destacan la necesidad de más estudios a largo plazo, especialmente con humanos jóvenes o durante misiones interplanetarias. También será vital experimentar con tratamientos farmacológicos y ejercicios para prevenir estos efectos.
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Conclusión
En resumen, la exposición a microgravedad durante 37 días provoca una pérdida ósea específica en los huesos que soportan peso, como el fémur. Esta pérdida no se ve en huesos como las vértebras, lo que indica que la descarga mecánica, y no la radiación, es la causa principal. Además, la microgravedad acelera el cierre del crecimiento de los huesos largos, lo que puede tener consecuencias serias para la salud ósea en viajes espaciales largos.
Sin embargo, vivir en un entorno enriquecido como el hábitat para roedores de la NASA puede reducir estos efectos negativos. Este trabajo, publicado en la revista PLOS ONE, es una advertencia clara: si queremos enviar humanos a Marte, tenemos que proteger sus huesos desde ya.
- Cahill, R., et al. (2025). 37-Day microgravity exposure in 16-Week female C57BL/6J mice is associated with bone loss specific to weight-bearing skeletal sites. PLOS ONE, 20(3), e0317307.
