Las aftas bucales, también conocidas como úlceras aftosas o estomatitis aftosa recurrente, son pequeñas úlceras dolorosas que se desarrollan dentro de la boca.
Estas lesiones no son contagiosas y se presentan en los tejidos blandos, como el interior de los labios, las mejillas, la lengua y el suelo de la boca. Aunque no son peligrosas, pueden interferir con actividades diarias como comer, beber y hablar.
¿Quién se ve afectado por las aftas bucales?
Las aftas bucales son comunes y afectan a un estimado del 39% al 50% de las personas en algún momento de su vida. Por lo general, su aparición ocurre entre los 10 y 19 años de edad, siendo más frecuente en mujeres que en hombres.
Algunas personas las desarrollan una o dos veces al año, mientras que otras pueden tenerlas más de una vez al mes. La frecuencia de aparición tiende a disminuir con la edad.
Tipos de aftas bucales
Existen tres tipos principales de aftas bucales, que se diferencian por el tamaño y la cantidad de úlceras presentes:
- Aftas menores: Constituyen el 80% de todos los casos. Estas úlceras son pequeñas, de menos de 1 cm, y suelen aparecer en los labios, la parte inferior de la lengua y las mejillas internas. Se caracterizan por su dolor y un centro grisáceo rodeado de un borde rojo. Normalmente, sanan sin dejar cicatriz en un plazo de 7 a 10 días.
- Aftas mayores: Representan del 10% al 15% de los casos. Son más grandes, de más de 1 cm, y tienden a aparecer en grupos de una a tres úlceras, generalmente en el paladar blando, los labios y la garganta. Las aftas mayores pueden tardar más de cuatro semanas en sanar y a menudo dejan cicatrices.
- Aftas herpetiformes: Son las menos comunes y consisten en múltiples úlceras diminutas que a menudo se fusionan para formar una más grande e irregular. Este tipo suele sanar en un plazo de 7 a 14 días sin dejar cicatrices.
¿Qué causa las aftas bucales?
La causa exacta de las aftas bucales sigue siendo incierta. Sin embargo, los investigadores creen que son el resultado de una combinación de factores.
Las aftas pueden estar relacionadas con una reacción inmunológica, factores genéticos o deficiencias en nutrientes como la vitamina B12, el ácido fólico y el hierro.
Además, las aftas son más comunes en personas con ciertas condiciones médicas, como la enfermedad celíaca, la enfermedad de Behçet, la enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn), anemia ferropénica y VIH/SIDA.
El uso de productos que contienen lauril sulfato de sodio, un agente espumante común en las pastas dentales, también se ha asociado con el desarrollo de aftas.
Síntomas de las aftas bucales
Los síntomas más comunes incluyen:
- Úlceras dolorosas en la lengua, el interior de los labios, las mejillas o el paladar.
- Sensación de ardor o hormigueo antes de que aparezca la lesión.
- En casos más graves, puede haber fiebre, cansancio general y ganglios linfáticos inflamados.
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Tratamiento de las aftas bucales
La mayoría de las aftas bucales sanan por sí solas dentro de una o dos semanas. Sin embargo, existen varias opciones para acelerar la curación y aliviar el dolor:
- Remedios naturales: Algunos estudios sugieren que compuestos naturales como la curcumina y el extracto de miel, así como terapias a base de hierbas y probióticos, pueden reducir el tamaño de las aftas y aliviar el dolor.
- Tratamientos tópicos: Los corticosteroides tópicos, como la fluocinonida o el dexametasona, pueden reducir el tamaño y la frecuencia de las aftas en personas que las padecen recurrentemente.
- Terapia con láser: Se ha demostrado que el tratamiento con láser disminuye los síntomas y acelera la curación de las aftas, especialmente en casos severos o recurrentes.
- Medicamentos orales: En los casos más graves, se pueden recetar medicamentos como corticosteroides orales, colchicina o inmunosupresores (azatioprina, dapsona, talidomida o pentoxifilina) para mejorar la cicatrización y reducir la recurrencia de las aftas.
¿Cuándo se debe buscar una evaluación médica?
Si una úlcera bucal no sana en más de cuatro semanas, es importante buscar atención médica, ya que podría ser necesario realizar una biopsia para descartar cáncer oral.
Además, la aparición de aftas nuevas en personas mayores de 40 años puede estar relacionada con una condición médica subyacente, como la enfermedad de Behçet, la enfermedad celíaca, la enfermedad inflamatoria intestinal o el VIH/SIDA.
Complicaciones
En la mayoría de los casos, las aftas bucales no presentan complicaciones graves. Sin embargo, cuando persisten o son recurrentes, pueden estar asociadas con condiciones subyacentes graves, como enfermedades autoinmunes o inmunodeficiencias.
Además, las aftas mayores pueden dejar cicatrices y afectar significativamente la calidad de vida debido al dolor y la incomodidad.
Prevención
Si bien no es posible prevenir completamente la aparición de aftas bucales, hay algunas medidas que pueden reducir su frecuencia:
- Evitar alimentos irritantes: Evitar alimentos ácidos, salados o picantes, así como cualquier alimento al que la persona sea alérgica o intolerante, puede reducir el riesgo de desarrollar aftas.
- Mantener una buena higiene oral: Usar un cepillo de cerdas suaves y evitar productos dentales que contengan lauril sulfato de sodio puede minimizar la irritación de los tejidos blandos.
- Reducir el estrés: El manejo del estrés a través de técnicas de relajación como la meditación puede ser útil en personas cuya aparición de aftas se ve afectada por el estrés.
En conclusión
Las aftas bucales son lesiones comunes y dolorosas que pueden afectar la calidad de vida, especialmente en personas que las padecen de forma recurrente.
Aunque su causa no se conoce completamente, una combinación de factores genéticos, inmunológicos y ambientales parece estar implicada.
Identificar los factores desencadenantes, como ciertos alimentos o el estrés, y mantener una buena higiene oral son claves para reducir su aparición.
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