Por qué hay gente que siempre llega tarde

¿Por qué hay gente que siempre llega tarde?

Todos conocemos a alguien que siempre llega tarde a sus citas, eventos sociales, o incluso al trabajo. Puede ser frustrante, pero ¿alguna vez te has preguntado por qué algunas personas siempre llegan tarde? La ciencia tiene algunas respuestas a esta pregunta intrigante.

En este artículo, exploraremos los factores psicológicos, fisiológicos y sociales que pueden contribuir a la impuntualidad crónica.

Factores Psicológicos

1. La Teoría de la Personalidad Tipo B: Según la investigación realizada por Friedman y Rosenman (1974), las personas que siempre llegan tarde pueden tener una personalidad Tipo B.

A diferencia de las personas con personalidad Tipo A, que son competitivas, impulsadas y orientadas a resultados, las personas con personalidad Tipo B tienden a ser más relajadas, despreocupadas y a no tomar el tiempo como un recurso limitado.

2. Falta de Autocontrol: La impuntualidad también podría estar relacionada con la falta de autocontrol.

Un estudio realizado por Vohs y Heatherton (2000) encontró que las personas que tienen dificultades para controlar sus impulsos tienden a ser menos puntuales que aquellos que pueden regular su comportamiento de manera efectiva.

Factores Fisiológicos

1. Diferencias en los ritmos circadianos: Nuestro cuerpo funciona en un ciclo de 24 horas llamado ritmo circadiano.

Algunas investigaciones sugieren que las personas que siempre llegan tarde pueden tener un ritmo circadiano ligeramente desfasado, lo que les hace sentir más alerta y activos por la noche, y más cansados por la mañana (Wittmann et al., 2006).

2. Disposición genética: Un estudio realizado por Taillard et al. (2001) encontró que los patrones de sueño y vigilia están influenciados por nuestros genes.

Algunas personas pueden tener una predisposición genética a ser noctámbulos, lo que podría explicar por qué tienen dificultades para despertarse temprano y llegar a tiempo a sus compromisos.

Factores Sociales

1. Cultura: La puntualidad es valorada de manera diferente en diferentes culturas. En algunas sociedades, ser puntual es extremadamente importante, mientras que, en otras, se permite cierto grado de flexibilidad en cuanto a la hora de llegada (Levine, 1997).

2. Ambiente laboral y educativo: Los entornos laborales y educativos pueden influir en la percepción del tiempo y la importancia de la puntualidad.

Si alguien ha crecido en un entorno donde la impuntualidad es aceptable o incluso esperada, es más probable que desarrolle hábitos de impuntualidad (DeVoe & Pfeffer, 2007).

Estimación del tiempo y familiaridad con el espacio

1. Familiaridad con el espacio: Un estudio publicado en Hippocampus encontró que cuando un espacio nos resulta familiar, tendemos a representarlo mentalmente como más grande, pero estimamos que nos llevará menos tiempo recorrerlo (Anna Jafarpour et al., 2016).

2. Errores en la percepción del tiempo pasado: Las personas pueden calcular erróneamente cuánto tiempo les llevó realizar una tarea en el pasado, basándose en recuerdos y percepciones imprecisas (Roy et al., 2005).

Influencia de factores ambientales

1. Música: La música puede distorsionar nuestro sentido del tiempo (Waldum & Sahakyan, 2016).

2. Aglomeración de personas: La aglomeración de personas puede hacer que los trayectos parezcan durar más tiempo, debido a que el viaje se vuelve menos agradable.


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Multitarea y la atención

Las personas multitarea tienen menos probabilidades de recordar y completar a tiempo otras tareas programadas debido a que la atención disminuye en algún momento (Brandon et al., 2014).

Además, la impuntualidad puede estar relacionada con ciertos rasgos de personalidad, como la consciencia, que se refiere a la capacidad de una persona para organizarse, planificar y cumplir con los plazos.

Las personas con bajos niveles de consciencia pueden ser más propensas a llegar tarde debido a su falta de organización y atención al tiempo.

Consecuencias de la impuntualidad

La impuntualidad puede tener consecuencias negativas tanto para el individuo como para quienes lo rodean. Puede afectar la reputación de una persona, provocar estrés y ansiedad, y causar problemas en las relaciones interpersonales.

En el ámbito laboral, la impuntualidad puede generar tensiones con colegas y superiores, afectar la productividad y, en casos extremos, poner en peligro el empleo.

Estrategias para mejorar la puntualidad

Aunque algunos factores, como la genética, no se pueden cambiar, hay varias estrategias que las personas pueden emplear para mejorar su puntualidad:

1. Establecer recordatorios: La tecnología actual nos permite configurar alarmas y recordatorios en nuestros dispositivos para ayudarnos a llegar a tiempo a nuestras citas.

2. Planificar el tiempo: Aprender a planificar y administrar el tiempo de manera eficiente puede ser clave para mejorar la puntualidad.

3. Establecer metas realistas: Aceptar y comprender nuestras limitaciones y establecer metas realistas en cuanto a la cantidad de actividades que podemos realizar en un período de tiempo determinado puede evitar la sobrecarga de tareas y mejorar la puntualidad.

4. Cambiar la mentalidad: Asumir la responsabilidad de nuestra impuntualidad y reconocer su impacto en los demás puede ser un paso importante para cambiar nuestros hábitos y desarrollar un enfoque más consciente del tiempo.

5. Buscar apoyo: Hablar con amigos, familiares o profesionales sobre nuestras dificultades para llegar a tiempo puede ayudarnos a identificar soluciones y recibir apoyo en nuestra búsqueda de la puntualidad.

Conclusión

La impuntualidad puede ser el resultado de diversos factores, como la personalidad, la genética y la cultura. Aunque no podemos cambiar algunos de estos factores, es posible mejorar nuestra puntualidad mediante la adopción de estrategias y herramientas que nos ayuden a administrar nuestro tiempo de manera más efectiva.

Referencias

  1. DeVoe, Sanford E., and Jeffrey Pfeffer. “When time is money: The effect of hourly payment on the evaluation of time.” Organizational Behavior and Human Decision Processes 104.1 (2007): 1-13.
  2. Friedman, Meyer, and R. H. Rosenman. “Type A Behavior Pattern: its association with coronary heart disease.” Ann. Clin. Res. 3.6 (1971): 300-312.
  3. Levin, Robert. “A Geography of Time: the temporal misadventures of a social psychologist.” (1997).
  4. Taillard, Jacques, Pierre Philip, and Bernard Bioulac. “Morningness/eveningness and the need for sleep.” Journal of sleep research 8.4 (1999): 291-295.
  5. Vohs, Kathleen D., and Todd F. Heatherton. “Self-regulatory failure: A resource-depletion approach.” Psychological science 11.3 (2000): 249-254.
  6. Wittmann, Marc, et al. “Social jetlag: misalignment of biological and social time.” Chronobiology international 23.1-2 (2006): 497-509.
  7. Jafarpour, Anna, and Hugo Spiers. “Familiarity expands space and contracts time.” Hippocampus 27.1 (2017): 12-16.
  8. Roy, Michael M., Nicholas JS Christenfeld, and Craig RM McKenzie. “Underestimating the duration of future events: Memory incorrectly used or memory bias?.” Psychological bulletin 131.5 (2005): 738.
  9. Waldum, Emily R., and Lili Sahakyan. “A role for memory in prospective timing informs timing in prospective memory.” Journal of Experimental Psychology: General 142.3 (2013): 809.
  10. Ralph, Brandon CW, et al. “Media multitasking and failures of attention in everyday life.” Psychological research 78 (2014): 661-669.

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