¿La ansiedad es contagiosa? Al igual que uno puede contagiarse de un resfriado o la gripe, también es posible “contagiarse” de ansiedad.
Según los especialistas, el cerebro humano está diseñado para captar fácilmente las emociones de los demás.
Las neuronas espejo podrían jugar un papel importante en nuestra tendencia a absorber la ansiedad de fuentes externas.
1. La investigación respalda la idea del contagio del estrés
Un estudio publicado en 2017 en Scientific Reports sugiere que la ansiedad y el estrés pueden ser contagiosos. Cuando las personas observan a alguien nervioso, su ritmo cardíaco aumenta como parte de la respuesta de lucha o huida.
Aquellos que poseen un alto grado de empatía, es decir, la capacidad de comprender y compartir los sentimientos y emociones de los demás, tienden a absorber el estrés y la ansiedad ajena de manera más rápida y profunda.
Esto se debe a que su naturaleza compasiva y su habilidad para conectarse emocionalmente con las personas que los rodean les permite sintonizar más fácilmente con las preocupaciones y tensiones de los demás, lo que a su vez puede afectar su propio bienestar emocional.
2. Estrategias para enfrentar situaciones llenas de angustia
No somos impotentes ante el estrés contagioso. A continuación, se presentan algunas estrategias para aplicar antes de enfrentarse a una situación angustiante:
- Realizar un giro positivo en la conversación
- Etiquetar nuestras emociones
- Mentalmente distanciarse de la situación
- Tomar medidas
- Desviar la ansiedad de los demás
- Reinterpretar la ansiedad como algo positivo
3. Hacer de la meditación una rutina diaria
La meditación mejora la inteligencia emocional, autoconciencia y autocontrol, fomentando la aceptación sin juzgar. Estas habilidades permiten a las personas manejar mejor sus emociones y las de los demás.
Al desarrollar una mayor conciencia de sí mismos, se vuelven menos susceptibles al estrés ajeno, manteniendo una distancia emocional saludable.
La práctica regular de la meditación conduce a enfrentar situaciones estresantes de manera equilibrada y resiliente, mejorando el bienestar general.
4. Mover los músculos para liberar la energía del estrés
Cuando nos enfrentamos a situaciones estresantes, nuestro cuerpo responde liberando adrenalina y otras hormonas del estrés, preparándose para la acción a través de la respuesta de “lucha o huida”.
Esta respuesta fisiológica provoca un aumento en la frecuencia cardíaca, la respiración y la tensión muscular.
Realizar actividades físicas, como correr, practicar yoga, bailar o incluso caminar, puede ser de gran ayuda para canalizar y utilizar esa energía acumulada de manera efectiva.
Al participar en ejercicio físico, se liberan endorfinas, que son neurotransmisores que generan una sensación de bienestar y alivio, contribuyendo así a disminuir los niveles de estrés y a mejorar el estado de ánimo en general.
5. Practicar estrategias en momentos de calma
Todos experimentamos estrés y ansiedad en algún momento, y a veces absorbemos la ansiedad de los demás.
Recordar que tenemos control sobre las herramientas que utilizamos para prevenir la sobrecarga de ansiedad es fundamental.
Practicar estas estrategias cuando no estamos en una situación estresante nos permitirá enfrentar mejor los momentos difíciles y evitar absorber la ansiedad de los demás.
6. Establecer límites emocionales
Aprender a establecer límites emocionales es crucial para proteger nuestra salud mental y emocional.
Comunicar nuestras necesidades y límites a los demás nos permite mantener una distancia emocional saludable y evitar quedar atrapados en la ansiedad de los demás.
7. Desarrollar una red de apoyo sólida
Contar con una red de apoyo de amigos y familiares que nos escuchen y nos entiendan es esencial para enfrentar la ansiedad y el estrés.
Estas personas pueden brindarnos perspectivas adicionales y ayudarnos a manejar nuestras emociones.
8. Practicar la gratitud
La gratitud puede ser un antídoto poderoso contra la ansiedad y el estrés. Hacer un hábito de identificar y apreciar las cosas buenas de nuestra vida puede cambiar nuestro enfoque y reducir la influencia negativa de las emociones ajenas.
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9. Buscar ayuda profesional
Si la ansiedad y el estrés se vuelven abrumadores y afectan nuestra vida diaria, buscar ayuda de un profesional de la salud mental puede ser útil.
Un terapeuta o consejero puede proporcionar herramientas y técnicas adicionales para enfrentar y manejar la ansiedad y el estrés.
10. Fomentar el autocuidado
El autocuidado es vital para mantener nuestra salud mental y emocional. Invertir tiempo en actividades que nos hagan sentir bien y nos relajen, como practicar yoga o leer un libro.
Pasar tiempo en la naturaleza o disfrutar de un baño caliente, puede ayudarnos a recargarnos y disminuir la susceptibilidad al estrés y la ansiedad de los demás.
Conclusión
La ansiedad puede ser contagiosa, pero no estamos indefensos ante ella. Desarrollar y practicar estrategias de afrontamiento, establecer límites emocionales y cuidar de nuestra salud mental y emocional nos permitirá enfrentar mejor el estrés y la ansiedad de los demás y mantener un equilibrio emocional saludable.
Referencia: Dimitroff, S.J., Kardan, O., Necka, E.A. et al. Physiological dynamics of stress contagion. Sci Rep 7, 6168 (2017). https://doi.org/10.1038/s41598-017-05811-1