El envejecimiento del cerebro siempre ha sido un desafío para la ciencia. A medida que pasan los años, las conexiones neuronales pierden fuerza y la memoria comienza a deteriorarse de forma gradual. Por ello, encontrar una proteína para el deterioro cognitivo que pueda retrasar este proceso es uno de los grandes objetivos de la neurociencia.
En los últimos años, las investigaciones se han centrado no solo en las neuronas, sino también en las células de soporte que rodean y protegen al cerebro. Entre ellas destacan los astrocitos, cuya labor va mucho más allá de lo que antes se creía. Hoy sabemos que participan activamente en la formación y el mantenimiento de las sinapsis.
Según el estudio publicado en Aging Cell, un equipo de científicos identificó una proteína producida por los astrocitos, llamada Hevin (también conocida como SPARCL-1), que cumple un papel fundamental en la estabilidad sináptica y podría convertirse en una proteína que podría detener el envejecimiento neuronal.
Hevin: un regulador clave de las sinapsis cerebrales
La proteína Hevin participa en la formación y maduración de las sinapsis, ayudando a que las neuronas establezcan conexiones estables y funcionales. Este proceso es esencial para la memoria, el aprendizaje y la plasticidad cerebral. Cuando estas conexiones fallan, el deterioro cognitivo avanza con mayor rapidez.
De acuerdo al estudio, los investigadores descubrieron que los niveles de Hevin disminuyen tanto en cerebros de personas con Alzheimer como en modelos animales que desarrollan esta enfermedad. Esta reducción afecta la capacidad del cerebro para mantener sus sinapsis saludables.
Además, los experimentos demostraron que cuando los astrocitos aumentan la producción de Hevin, se potencia la comunicación entre neuronas. Esto permite que las redes cerebrales recuperen parte de su funcionamiento, incluso en etapas en las que ya existe cierto grado de daño.
Restaurar Hevin mejora la memoria en animales
Uno de los hallazgos más relevantes del estudio fue el impacto directo de Hevin en la memoria. Los científicos utilizaron un método de terapia génica para incrementar la producción de la proteína en los astrocitos del hipocampo, una región fundamental para el aprendizaje.
Los resultados fueron sorprendentes: los animales tratados mostraron un mejor rendimiento en pruebas cognitivas, reconocieron objetos nuevos con mayor facilidad y resolvieron tareas espaciales de forma más eficiente. Esto sugiere que aumentar los niveles de esta proteína para el deterioro cognitivo puede revertir alteraciones que antes se consideraban difíciles de corregir.
Incluso en animales sin enfermedad, el aumento de Hevin mejoró el rendimiento cognitivo asociado a la edad. Esto indica que su efecto beneficioso no depende de un daño previo, sino que también puede fortalecer la función cerebral normal.
Hevin fortalece las conexiones entre neuronas
El estudio también analizó cambios a nivel molecular. Tras aumentar los niveles de Hevin, se observó una mayor colocalización de proteínas presinápticas y postsinápticas, lo que significa que las sinapsis se encontraban más estables y alineadas, favoreciendo una comunicación neuronal más eficiente.
Los análisis proteómicos mostraron que Hevin influye en rutas moleculares relacionadas con la plasticidad sináptica, el transporte de neurotransmisores y la formación de dendritas. Estos procesos son esenciales para un cerebro sano y funcional.
Curiosamente, aunque Hevin mejoró la memoria y la calidad de las sinapsis, no redujo la formación de placas de beta-amiloide, un rasgo clásico del Alzheimer. Esto demuestra que su acción protectora ocurre por otra vía: fortaleciendo directamente las conexiones neuronales.
Una posible vía terapéutica para frenar el envejecimiento cerebral
La evidencia presentada en Aging Cell abre una posibilidad emocionante: desarrollar terapias dirigidas a los astrocitos para aumentar la disponibilidad de Hevin en el cerebro. Esta estrategia podría complementar o incluso superar algunos enfoques actuales centrados únicamente en las neuronas.
Como proteína para el envejecimiento neuronal, Hevin destaca por su capacidad para estabilizar sinapsis y mejorar funciones cognitivas, incluso en presencia de daño acumulado. Esto la convierte en un candidato prometedor para futuras intervenciones contra la demencia.
Los autores del estudio señalan que esta proteína también está presente en el líquido cefalorraquídeo y en la sangre humana. Esto plantea la posibilidad de utilizarla como biomarcador para evaluar el riesgo de deterioro cognitivo y monitorear la progresión de enfermedades neurodegenerativas.
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Conclusión
El descubrimiento del papel central de Hevin marca un avance significativo en la búsqueda de soluciones para el deterioro cognitivo. Aumentar los niveles de esta proteína en los astrocitos no solo fortalece las sinapsis, sino que también mejora la memoria y la función cerebral en diferentes etapas de la vida.
Según el estudio, Hevin se perfila como una proteína clave para enfrentar el envejecimiento neuronal y podría convertirse en una herramienta esencial para prevenir o ralentizar enfermedades como el Alzheimer.
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