Un equipo internacional de científicos, liderado por la bióloga Anna C. Obenauf, descubrió cómo las células cancerosas logran engañar al sistema inmunológico. El estudio, publicado en la revista Nature, revela que los tumores manipulan a los monocitos, un tipo de glóbulo blanco, para impedir que activen a las células T, las encargadas de detectar y destruir células malignas.
Este descubrimiento podría revolucionar la forma en que se diseñan las inmunoterapias contra el cáncer, abriendo nuevas puertas para tratamientos más eficaces.
¿Cómo se realizó el estudio?
Los investigadores llevaron a cabo una serie de experimentos complejos y avanzados para entender el mecanismo de evasión del cáncer:
- Modelos animales: Utilizaron ratones modificados genéticamente para desarrollar tumores similares a los humanos.
- Análisis celulares detallados: Examinaron cómo los monocitos interactúan con las células T en presencia de células tumorales.
- Intervenciones farmacológicas: Aplicaron tratamientos para bloquear moléculas clave y observar los cambios en la respuesta inmunológica.
Además, usaron secuenciación genética y técnicas de imagen para seguir los procesos dentro del microambiente tumoral. Estos métodos permitieron identificar con claridad cómo las células cancerosas interfieren en la comunicación entre monocitos y células T.
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El sabotaje molecular del cáncer
Las células tumorales son capaces de modificar el microambiente que las rodea para su propio beneficio. Lo hacen activando la vía de señalización MAPK, lo que desencadena dos efectos principales:
- Aumento de prostaglandina E2 (PGE2): Esta molécula suprime la función normal de los monocitos, impidiendo que activen a las células T.
- Reducción de interferones tipo I (IFN-I): Estas proteínas son esenciales para iniciar una fuerte respuesta inmunológica. Su disminución debilita significativamente al sistema inmune.
Además, los monocitos adoptan un mecanismo llamado “cross-dressing”, en el cual adquieren fragmentos de proteínas tumorales para presentarlos a las células T. Sin embargo, este proceso se ve alterado por la acción de las células cancerosas, reduciendo la eficacia del sistema inmune.
Restaurando la defensa inmunológica
El equipo de científicos no solo identificó el problema, sino que también propuso soluciones concretas. Descubrieron que al modificar el entorno tumoral se podía revertir el sabotaje:
- Bloqueo de PGE2: Al inhibir esta molécula, los monocitos recuperaron su capacidad para activar a las células T.
- Estimulación de IFN-I: Al aumentar los niveles de interferones tipo I, se potenció la respuesta del sistema inmune.
Estas intervenciones sugieren que una combinación de inmunoterapia con moduladores del entorno tumoral podría mejorar la eficacia de los tratamientos actuales. La clave está en fortalecer al sistema inmune desde adentro.
Implicancias para la inmunoterapia
Este descubrimiento tiene importantes consecuencias clínicas y terapéuticas:
- Nuevas estrategias terapéuticas: Al combinar inmunoterapia con medicamentos que regulen la producción de PGE2 o estimulen IFN-I, se pueden obtener mejores resultados.
- Tratamientos más personalizados: Al conocer el microambiente tumoral de cada paciente, se podrán diseñar tratamientos más específicos y efectivos.
- Prevención de la resistencia: Actuar sobre estos mecanismos desde el inicio puede evitar que los tumores desarrollen resistencia a las terapias.
Además, algunos medicamentos comunes como la aspirina o antiinflamatorios no esteroideos podrían tener un rol clave en estas nuevas estrategias.
¿Qué nos dice esto sobre el cáncer?
Este estudio revela que el cáncer no solo crece, también engaña y manipula. Las células tumorales no actúan solas: reprograman su entorno para desactivar las alarmas del cuerpo. El hallazgo demuestra que los monocitos, tradicionalmente considerados células de apoyo, juegan un papel crucial en la activación de la respuesta inmune.
Al ser manipulados, pierden su capacidad de activar las células T, y el tumor gana terreno. Por eso, mirar más allá de las células tumorales y enfocarse en el ecosistema que las rodea es clave para desarrollar terapias más efectivas y duraderas.
No todos los cánceres son iguales: ¿por qué algunos matan más que otros?
Conclusión
El estudio, revela un mecanismo clave mediante el cual las células cancerosas logran evadir al sistema inmunológico. Al manipular a los monocitos mediante la prostaglandina E2 y la disminución de interferones tipo I, los tumores impiden la activación de las células T, responsables de combatir el cáncer.
No obstante, al bloquear PGE2 y estimular IFN-I, se puede restaurar esta función vital. Este hallazgo abre nuevas puertas para mejorar la inmunoterapia contra el cáncer, proponiendo estrategias más personalizadas, efectivas y duraderas. Así, conocer cómo el cáncer silencia al sistema inmune podría ser la clave para vencerlo desde dentro.
- Elewaut, A., et al. (2025). Cancer cells impair monocyte-mediated T cell stimulation to evade immunity. Nature, 637(8046), 716-725.
