Los niños menores de 10 años deben evitar consumir atún, debido a que poseen mercurio, un metal pesado y dañino para la salud, alertaron autoridades sanitarias de España. La advertencia sobre el atún también alcanza a gestantes o mujeres que buscan embarazarse.
El catedrático Nicolás Olea pidió más regulación para los disruptores endocrinos, presentes en todo tipo de objetos cotidianos. Así, el ministerio de Sanidad recomendó recientemente que niños y embarazadas deben evitar el consumo de atún y pez espada por la presencia de mercurio en estos pescados.
“Esa recomendación llega 20 años tarde”, subraya Olea, quien lleva dos décadas estudiando el impacto de los denominados disruptores endocrinos -aquellas sustancias químicas que alteran el equilibro hormonal- en la población.
Déficit de atención.
“Hemos detectado que muchos niños con déficit de atención o hiperactividad han tenido más exposición al mercurio durante el embarazo”, indica el científico que acaba de publicar Libérate de tóxicos (RBA), donde exige más regulación para estas sustancias.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) endureció este mes sus recomendaciones: “No consumir especies con alto contenido en mercurio: pez espada, emperador, atún rojo (thunnus thynnus), tiburón (cazón, marrajo, mielgas, pintarroja y tintorera) y lucio”.
Además, la entidad precisa que el consumo de estos pescados en niños de entre 10 y 14 años debe limitarse a 120 gramos al mes; así como en las mujeres que desean procrear.
La organización refiere que la mejor alternativa al atún y pez espada son las especies con menos cantidad de mercurio, como el abadejo, anchoas, chipirones, langostinos, pulpo, salmón, calamar o trucha, entre otros.
El mercurio es considerado un disruptor endocrino por interferir en las primeras etapas del desarrollo, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. Los disruptores endocrinos son compuestos químicos presentes en muchos productos como juguetes, recibos, plásticos, pinturas, vestidos o productos fitosanitarios que afectan al sistema hormonal.
“Hay productos que contienen lo que llamamos disruptores endocrinos, es decir, que afectan y alteran el sistema endocrino, y que están presentes en todo tipo de objetos de consumo habituales: En los embalajes, en los cosméticos, en los textiles y hasta en los alimentos. Estamos expuestos a ellos a diario”, explica a El País Nicolás Olea, experto en disruptores endocrinos de la Facultad de Medicina de Granada.
Mayor información en: Libérate de tóxicos (RBA), donde exige más regulación para estas sustancias.