Linfoma | ¿Qué es y por qué debemos estar en alertas?

Un millón de personas alrededor del mundo viven con linfoma, una forma de cáncer que afecta al sistema inmunológico, específicamente, es un cáncer en las células defensivas del sistema inmunitario llamadas linfocitos, un tipo de leucocito (glóbulo blanco). Hay dos tipos principales de linfoma y varios subtipos.

Existen más de 60 tipos de linfoma, dependiendo del tipo de células inmunes afectadas, clasificándose en grandes grupos: Linfoma Hodgkin (LH), Linfoma No Hodgkin (LNH), de células B y de células T. De los dos grandes grupos de linfomas, el No Hodgkin representa el 85% del total y en un 15% los Linfomas de Hodgkin.

El incremento de su incidencia merece tener importancia debido a que es una enfermedad potencialmente mortal si es que no se diagnostica y trata a tiempo.

Los linfomas no Hodgkin comienzan cuando un tipo de glóbulos blancos, llamado células T o células B, se hacen anormales. Las células se dividen una y otra vez aumentando el número de células anormales. Las células anormales pueden diseminarse a casi todas las demás partes del cuerpo. La mayor parte del tiempo, los médicos no pueden determinar por qué una persona desarrolla un linfoma no Hodgkin. Usted está en mayor riesgo si tiene un sistema inmunitario débil o cierto tipo de infecciones.

El linfoma no Hodgkin puede causar muchos síntomas, tales como:

  • Ganglios linfáticos inflamados, sin dolor, en el cuello, las axilas o la ingle
  • Pérdida de peso inexplicable
  • Fiebre
  • Sudoración nocturna profusa
  • Tos, dificultad para respirar o dolor torácico
  • Debilidad y cansancio que no desaparece
  • Dolor, inflamación o sensación de hinchazón abdominal

El médico diagnosticará el linfoma con un examen físico, pruebas de sangre, una radiografía torácica y una biopsia. Los tratamientos incluyen quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida, terapia biológica o terapia para eliminar ciertas proteínas de la sangre.

La terapia dirigida usa medicamentos u otras sustancias para combatir células cancerosas específicas y que causan menos daños a las células normales. La terapia biológica potencia la habilidad del propio cuerpo de luchar contra el cáncer. Si no tiene síntomas, puede no requerir tratamiento de inmediato. A esto se le llama espera vigilante.

La enfermedad de Hodgkin es un tipo de linfoma, el primer signo de la enfermedad es un ganglio linfático de gran tamaño. La enfermedad puede diseminarse a los ganglios cercanos. Más adelante, puede diseminarse a los pulmones, el hígado o la médula ósea. La causa es desconocida.

La enfermedad de Hodgkin es poco común. Los síntomas incluyen:

  • Inflamación sin dolor de los ganglios linfáticos del cuello, las axilas o la ingle
  • Fiebre y escalofríos
  • Sudores nocturnos
  • Pérdida de peso
  • Pérdida del apetito
  • Picazón en la piel

Para diagnosticar la enfermedad de Hodgkin, los médicos utilizan exámenes físicos y antecedentes familiares, análisis de sangre o una biopsia. El tratamiento varía dependiendo de cuánto la enfermedad se ha diseminado. En general incluye radioterapia o quimioterapia.

Entre más pronto se diagnostique la enfermedad, más eficaz será el tratamiento. En la mayoría de los casos, la enfermedad de Hodgkin puede curarse.

Por eso debemos de dar importancia a dicha neoplasia, informándonos y teniendo en consideración su incremento en incidencia, los síntomas comunes, obtener un diagnóstico adecuado y el manejo oportuno dependiente del tipo de linfoma.

Fuente: National Library of Medicine of the United States.

1 comentario en “Linfoma | ¿Qué es y por qué debemos estar en alertas?”

Deja un comentario

Ir arriba

Suscríbete para recibir nuevas actualizaciones biológicas y los avances más importantes del mundo científico.