Probablemente alguna vez te ha pasado que te palpita el parpado de la nada. Son como pequeños espasmos completamente involuntarios que pueden durar algunos segundos o incluso más.
A dichas contracciones se les conoce con el nombre de mioquimia y pueden afectar la parte superior o inferior del párpado, generalmente solo un ojo a la vez. Aunque no son suficientemente fuertes para llegar a cerrar de manera involuntaria el párpado, sí pueden ser muy molestos.
Las mioquimias son temblores involuntarios espontáneos localizados en determinadas fibras musculares, que resultan insuficientes para mover una articulación. Los músculos afectados no presentan debilidad ni atrofia.
Comúnmente se describen en la práctica clínica como la contracción involuntaria de la musculatura palpebral, típicamente implicando el párpado inferior, y menos a menudo al párpado superior.
En la mayoría de los casos la aparición de mioquimias es benigna y autolimitada. Ocurre en individuos sanos con inicio y desaparición espontánea. A veces pueden durar hasta tres semanas.
Los factores que contribuyen más frecuentemente son una ingesta excesiva de cafeína u otras sustancias excitantes, altos niveles de ansiedad, fatiga, tensión, horas extra, y una falta de sueño. El uso de ciertas medicinas y de alcohol también puede estar implicado en su aparición.
En raras ocasiones puede aparecer como primer signo de un hemiespasmo facial, un blefaroespasmo, el síndrome de Meige o de otras formas de distonía facial.
La fisiopatología de las mioquimias palpebrales no es bien comprendida. Se ha relacionado con una irritación de las fibras nerviosas que inervan al músculo o bien con una disfunción protuberancial a nivel del núcleo del facial. La incidencia de este síntoma no está precisada, aunque no resulta infrecuente verlas en las consultas de Neurología.
En el diagnóstico diferencial etiológico incluiríamos el hemiespasmo facial, el blefaroespasmo, el síndrome de Meige y las lesiones protuberanciales producidas por Esclerosis Múltiple, infartos o hemorragias, o tumores del tronco del encéfalo.
Por tanto, es necesaria la realización de una RMN craneal ante la existencia de un cuadro persistente o acompañado de otros signos o síntomas sugestivos de afectación troncoencefálica.
Hay que tener en cuenta que este músculo se mantiene funcionando prácticamente todo el tiempo que una persona permanece despierta. «Parpadeamos una media de 10 veces por minuto [unas 9.600 veces por día, si dormimos ocho horas] y es muy difícil evitarlo.
Si estamos cansados, con falta de sueño, lo que incrementa el tiempo que estamos con los ojos abiertos, o sufrimos estrés, una de las manifestaciones que puede observarse son las mioquimias palpebrales intermitentes.
Cuándo preocuparse.
A veces, estas contracciones duran solo unos días, pero en ocasiones pueden prolongarse durante algunas semanas. Es en esos casos es cuando conviene plantearse acudir al médico.
Si persisten, sobre todo por la noche cuando estamos dormidos y se supone que el músculo está relajado, o si la mioquimia afecta no solo a la zona del párpado, sino que se observa en otros puntos de la cara, hay que ir al médico.
El tratamiento que recomiendan casi todos los expertos pasa por descansar adecuadamente, evitar las tensiones y el estrés, así como los estimulantes o la cafeína, y favorecer el descanso ocular.
Alejarse de las pantallas, ya sea de ordenadores, móviles o televisiones, o al menos hacer descansos cada hora; evitar la sequedad ocular, aparcar las lentillas en favor de las gafas y usar luz indirecta.
Referencia.
1. “Eyelid Spasms (Eye Twitching Or Eye Twitch) | Kellogg Eye Center | Michigan Medicine”. Umkelloggeye.Org, 2022.
2. “Hemifacial Spasm | National Institute Of Neurological Disorders And Stroke”. Ninds.Nih.Gov, 2022.