La gonorrea es la segunda infección de transmisión sexual notificada con mayor frecuencia en los países de la Unión Europea con más de 500.000 casos notificados entre 2007 y 2016. La infección es tratable, pero Neisseria gonorrhoeae sigue mostrando altos niveles de resistencia a la azitromicina según los últimos datos del Programa europeo de vigilancia de esta enfermedad. Este antibiótico es parte del tratamiento actualmente recomendado para la gonorrea, pero los patrones de resistencia observados amenazan su efectividad.
La gonorrea es una transmisión sexual que afecta a los genitales, boca y recto, los cuales pueden doler o infectarse. Según la OMS, la contraen más de 106 millones de personas al año.
El Reino Unido investiga desde diciembre un brote con al menos cuatro casos de una variante de la gonorrea resistente a casi todos los antibióticos. Las autoridades de ese país sitúan el origen en Ibiza, ya que los infectados “todos británicos” viajaron durante el pasado verano a la isla o mantuvieron relaciones sexuales con personas cuya infección estaba vinculada con ella, según un estudio que aparece en la revista de salud pública Eurosurveillance.
La cepa implicada es la FC428, brotada en China y la parte del sudeste asiático; hasta ahora solo había causado casos esporádicos fuera de ese continente. De acuerdo con la agencia de Salud Pública de Inglaterra (PHE, por sus siglas en inglés) este brote es el primero registrado de “transmisión local sostenida” en Europa de la cepa. No se había registrado ningún diagnóstico de FC428, según informa la Consejería de Sanidad de Baleares.
En octubre se detectó el primer caso en una clínica de salud sexual del Reino Unido. La paciente, que padecía molestias en su aparato urinario, explicó que en agosto había estado en Ibiza, durante los cuales mantuvo intimidad sin protección con más de un compatriota.
Esta mujer se curó tras recibir una dosis de 500 miligramos de ceftriaxona por vía intramuscular y otra oral de un gramo de azitromicina, su caso no llamó la atención.
Sin embargo, los cultivos posteriores los que revelaron que la bacteria gonocócica era inmune al primer antibiótico y resistía las acciones del segundo medicamento.
Un mes después, otra mujer acudió a examinarse en a otra clínica del Reino Unido. A pesar de no presentar síntomas, contó que había tenido relaciones sin protección con un hombre que había pasado el verano en Ibiza. Los análisis mostraron que la dama también portaba la bacteria. Después los médicos determinaron con pruebas posteriores que las dos mujeres estaban infectadas con el mismo patógeno.
Según el estudio del PHE, el vínculo era la pareja sexual del segundo caso, que también “había tenido relaciones con la red de contactos del primer caso”. A pesar de ello, curiosamente, este hombre dio negativo en los análisis. Los investigadores consideran que “lo más probable es que él sea la fuente de infección del segundo caso y que haya eliminado la infección de forma espontánea”.
En esta ocasión la bacteria fue más difícil de eliminar. La mujer recibió primero una dosis de un gramo de ceftriaxona. Días más tarde, comenzó a sufrir molestias en la zona recta, que no expidieron tras la administración de la azitromicina y gentamicina. Finalmente, fueron necesarias tres dosis de otro antibiótico, el ertapenem por vía intravenosa en días seguidos, para que la bacteria desaparezca.
El cuarto infectado del brote es otro hombre, con quien la mujer del segundo caso mantuvo relaciones cuando aún estaba asintomática. También fue tratado con tres dosis de ertapenem por vía intravenosa.
Las autoridades británicas concluyeron que todos los casos estaban relacionados. Ante ello, se pusieron en marcha los mecanismos de alerta europeos. “Los británicos avisaron al Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades y este se puso en contacto con nosotros en enero como país potencialmente afectado”, dijo Julio Vázquez, director del Centro Nacional de Microbiología. Después de ello, informaron al Gobierno de las islas Baleares, aunque ninguna de las cepas aisladas en los últimos meses en el Hospital Can Misses de Ibiza ni en la red pública de vigilancia han mostrado resistencia a los antibióticos ni relación con estos casos.
Como resultado, se ha introducido un mejor monitoreo de los datos presentados por los laboratorios locales sobre la resistencia a los antimicrobianos de N. gonorrhoeae para garantizar que todos los aislamientos resistentes a la ceftriaxona identificados se envíen Salud Pública de Inglaterra para su confirmación e investigación de inmediato para ayudar a reducir la propagación.
Fuente: Salud pública Eurosurveillance.